Pensamiento débil
Vattimo escribió que “pensar es elevarse a la altura de los tiempos”, hizo lo contrario: descendió a la altura de nuestros tiempos
Vattimo escribió que “pensar es elevarse a la altura de los tiempos”, hizo lo contrario: descendió a la altura de nuestros tiempos
La universidad me degradaba a mí por no acatar órdenes que nunca me dio, pero no a la autoridad por no darlas
Para El Supremo, sumariamente, “el que insulta se degrada” y él no se degrada nunca. Bueno, algunas veces ha dicho “¡al carajo!”, pero sólo en circunstancias apremiantes
Esta insólita descripción se debe a la última visita que hice al centro de la ciudad y que me llevó a recordar mi pasado de inquilino del ombligo urbano
La revista Sentido Común acaba de lanzar una linda idea que consiste en convocar a la ciudadanía a escribirle al presidente cartas “como muestra de agradecimiento y despedida con el objetivo de visibilizar el sentir popular y preservar su legado”
El paisaje alicaído no me deprimía exactamente, más bien me causaba tristeza
La alternativa debía ser buscar, por medio de la democracia, un sistema sin los extremos del capitalismo desbocado o el socialismo burocrático
Mejor ser un individuo de triste figura que un salvador de piedra, un tirano, dictador, mesías o sacerdote corporativo
Según el Humanismo Mexicano, la clase alta no tiene re-medio. Ni modo: “Ya se echaron a perder por la ambición al dinero, por la ambición al poder y eso los ofusca, eso los enajena”.