
Fernando Vázquez Rigada24/06/2025
Sin censura
A los autoritarios no les gusta el señalamiento, sino el halago. No disfrutan la pluralidad, sino el coro. La ovación ensordece. El reflector, ciega.
A los autoritarios no les gusta el señalamiento, sino el halago. No disfrutan la pluralidad, sino el coro. La ovación ensordece. El reflector, ciega.