Más Información
Evita uno de los principales efectos de la menopausia con esta bebida; es ideal para mujeres mayores de 45
Descubre cual es el último minuto del día para beber café; duerme bien sin que la cafeína afecte tu descanso
Si bien son reconocidos por ser una firma que aboga por la seguridad ante todo, Volvo lleva años y años siendo una marca que podríamos considerar “discreta”, al menos en nuestro país. No cuentan con grandes campañas de publicidad, ni tampoco son de las primeras opciones que se nos vienen a la mente cuando buscamos un auto premium.
No obstante, en los últimos años han sabido desarrollar productos más que interesantes en cada uno de su segmentos y el S60 no es la excepción. Este sedán es la mejor ejemplificación de lo que ha pasado los últimos años en la firma sueca: capital chino, ingeniería europea.
Para su tercera generación, el S60 ha adoptado un diseño más acorde con el resto de productos recientes de Volvo. Notamos a primera vista una parte frontal que mezcla los trazos rudos con líneas refinadas y rectas, especialmente en la parte baja.
El cuerpo luminoso cuenta con este característico elemento que simula el “Martillo de Thor”, y durante el manejo nocturno notamos que es uno de los mejores de su segmento, claro, por debajo de los sistemas láser ocupado por otras marcas.
La parte lateral solamente destaca por el uso de rines de 18 pulgadas con 5 brazos cromados y detalles en negro satinado y, si somos observadores, podemos ver una línea que nace al final del faro y termina donde inicia la calavera, marcando la cintura del vehículo por arriba de las manijas de las puertas.
Por detrás, las cosas siguen su curso elegante que vimos en toda la carrocería y no llama la atención como un sedán elegante, algo que creemos busca la mayoría de compradores que adquieren un auto de este segmento.
Al abrir la puerta del conductor y adentrarnos en el habitáculo, vemos que continúan con esta filosofía de diseño minimalista, especialmente en la consola central que elimina prácticamente todos los botones en favor al uso de una gran pantalla vertical de 9 pulgadas en la que se controlan prácticamente todas las amenidades.
No obstante, su operación es algo lenta y confusa si no estás familiarizado con el modelo. Tiene un despliegue de información tipo “tablet” con notificaciones y opciones en una barra superior que, luego de un buen rato investigando, logramos encontrar pues no se nota a primera vista.
Al pasar unos días conduciendo el Volvo S60 por la Ciudad de México, comprendimos una cosa: su fuerte no es el lujo, pero sí el refinamiento.
A diferencia de sus competidores principales ( BMW Serie 3, Audi A4 y Mercedes-Benz Clase C ) no cuenta con cromo por todo el interior, ni materiales únicos e innovadores, tampoco echa mano de un sin fin de botones brillantes ni iluminación interior de 30 colores, pero sobresale en la calidad del interior sin duda alguna.
Y sí, Volvo diseñó al S60 con una cosa en mente: ser el referente de la comodidad y calidad. Todos y cada uno de los ensambles del interior se perciben sólidos y resientes; sus trazos son tan sobrios y naturales, que el paso del tiempo no se les notará en por lo menos 7 u 8 años más.
Esto no quiere decir que prescinde de los elementos que esperamos en un auto de esta categoría, como un sistema de sonido premiuim, tapicería de piel y algunos insertos metálicos pulidos dando una sensación de estar en un habitáculo de lujo, pero también robusto.
En términos de seguridad, apartado en el que Volvo ha brillado por años, sigue sin decepcionar y protege a sus ocupantes con bolsas de aire para conductor, pasajero, laterales y de tipo cortina, asi como un excelente sistema de mantenimiento de carril y frenado automático con detección de peatones que afortunadamente no tuvimos que ocupar durante nuestra prueba.
Lo que sí se necesitó fue el sistema de asistencia de colisión frontal que frena y cambia la unidad de carril para evitar un choque. Circulando sobre una via de acceso controlado, un automóvil se nos cerró de manera abrupta y, justo en ese momento, el auto apretó los cinturones de seguridad, bajo la velocidad y cambió de carril por su cuenta para evitar un percance, todo en cuestión de 1 o 2 segundos.
Hablando del manejo, el uso de la plataforma modular de la casa sueca brinda una sensación de refinamiento en todo momento, curiosamente encontrando un balance entre las sensaciones de manejo gracias al esquema de tracción integral y la comodidad con suspensión blanda que se agradece en caminos maltratados.
Bajo el cofre encontramos un bloque de 2.0 litros turbocargado con 254 caballos de fuerza y 258 lb-pie de par, que trabaja en conjunto a una caja de cambios automática convencional de 8 velocidades y tracción en las 4 esquinas. Este último punto lo hace destacar frente a sus competidores directos, quienes en su mayoría solo ofrecen potencia en un solo eje.
Gracias a sus formas planas y bien definidas al exterior, se tiene una amplia visibilidad del camino y donde estamos posicionados en todo momento, por lo que tener en mente sus dimensiones no es complicado, los puntos ciegos son mínimos y podemos movernos por las calles sin temor a golpear algo que no veamos.
En resumen, es un sedán premiuim balanceado, discreto y a un precio justo por lo que ofrece. $713,000 pesos son los que se deberán desembolsar por estacionar a este “dios del trueno” en nuestro garaje, y creemos que es una cifra realista y acorde a lo que tendremos a nuestra disposición.
¿Es una compra inteligente? Sí, solamente si estás buscando discreción, refinamiento, tanto en manejo, como en acabados y diseño. Podríamos incluso decir que es uno de los pocos vehículos “honestos” que quedan en el mercado, no trata de aparentar más de lo que en realidad es, porque no le hace falta.