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Si eres de México , es normal ir por la calle con un grupo de amigos y gritar “¡ Vocho amarillo !” para luego dar un golpe en el brazo de quien nos acompañe. El “juego” consiste en, quien mire primero un Volkswagen Sedán (Vocho) tiene el derecho de pegarle ligeramente a los demás.
A pesar de que esta ha sido una tradición por generaciones, muy pocas personas se han puesto a pensar de dónde viene este juego. No se sabe a ciencia cierta quien inventó el juego, pero algunas personas apuntan a que todo se originó en Estados Unidos durante la década de los años 50.
Luego de su llegada al continente americano en 1949, el famoso Vocho se volvió popular en las calles de Estados Unidos, destacando por sus formas circulares y redondas entre grandes vehículos americanos con proporciones cuadradas. Sin embargo, hasta 1964, un columnista del Arizona Republic notó a su hija jugando con sus amigos en la calle. Según lo documentado por el sujeto, cada que pasaba un Vocho por la calle, sin importar el color, los niños gritaban “Slow Bug” y golpeaban el brazo de la otra persona.
El columnista anotó esto en uno de sus escritos, en donde se refería al auto como “Punch Buggy” . Se dice que, luego de esa columna, se popularizó en todo Estados Unidos el juego, para luego llegar a México.
El color de la suerte
Si bien los Volkswagen Sedán se fabricaron en varios colores, es un hecho que los menos comunes eran aquellos que salieron de fábrica con pintura amarilla. Se decía que, el ver un Vocho amarillo , era sinónimo de buena suerte durante ese día.
Con esta creencia como respaldo, se comenzó a jugar “Vocho amarillo” cada que se veía uno de estos autos por la calle. Las reglas eran sencillas, por lo que se volvió sumamente popular en cuestión de poco tiempo.
No obstante, como todo juego, tenía reglas. Se comenta que, si no sobas el golpe después, la persona que lo recibió puede regresarlo. De igual manera, te puedes salvar del golpe si levantas los pulgares. Tampoco son válidos los New Beetle amarillos o aquellos que fueron taxis hace algunos años.
Fue tanta la importancia de este popular juego, que Volkswagen lanzó una campaña internacional en 2009 en donde hacían referencia al famoso “Vocho amarillo”. En tantos años, ha tenido incontables variantes, cada una dependiendo el país.
En Brasil, se grita “Fusca Azul”, por lo que se cambia el color del modelo pero se mantiene como base la idea del pequeño golpe en el brazo al ver un Vocho por la calle.
