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La venta anual de toneladas de pieles de animales para la industria automotriz, en Estados Unidos y otras regiones del mundo, ha ido en aumento. Así como el problema creciente que impulsa la deforestación ilegal de tierras amazónicas que crían ganado para vender el cuero a algunas marcas de autos.
Una investigación realizada por The New York Times , muestra que algunas marcas como Volkswagen , Ford y General Motors han sido vinculadas ante el creciente problema de la industria ganadera en Brasil, donde estos impulsan el mercado de venta de carnes y de materia prima para tapizar los automóviles de lujo de dichas marcas.
Dicha vinculación de las reservas ilegales en Brasil a la industria del motor, proviene de un informe donde dueños de ranchos han construido estos en tierras ilegales y deforestado parte de la selva más importante del país, para el negocio de crianza y venta de animales.
Asimismo, se entrevistaron a ganaderos, comerciantes, fiscales y reguladores del país para saber si la situación era regulada por el Estado, a lo que se confirmó lo evidente: más de 600 ranchos operaban de manera irregular en la reserva protegida que se conoce como Jaci-Paraná.
El problema radica en la venta masiva de carnes, producto de animales de granjas ilegales, a los empacadores más importantes del país. Uno de ellos, JBS , también es una de las grandes empresas, a nivel mundial, que procesa y vende el cuero.
En una auditoría reciente, se investigó que entre 2018 y 2019 el paradero de dichas pieles llegó a la empresa Lear Corporation , los cuales son importantes fabricantes de asientos de autos y los que abastecen a las plantas de ensamblaje de automóviles de EE.UU.
Frente a esto, Lear explicó que casi el 70 por ciento de sus cueros provenían de Brasil, confirmando el uso de tierras de deforestación ilegales. Asimismo, confirmaron que el cuero llegó a Estados Unidos, pero que también se comercializó a otras partes del mundo y a algunas plantas de ensamblaje de dichas marcas.
Pese a que, algunas de estas marcas, se han pronunciado en contra de combustibles fósiles y realizado campañas a favor del medio ambiente ; su vinculación con la deforestación ilegal, producto de sus asientos y productos de cuero lujosos, los deja en una balanza frente a las acciones que están realizando para ser más ecológicos en la fabricación y electrificación de sus autos.
Respecto al problema, las marcas mencionaron que no tenían vinculación o dato alguno entre los tratos ilegales que se llevan a cabo entre dueños y exportadores de sus pieles.
No obstante, GM explicó que espera a que sus proveedores entiendan, investiguen y acaten las reglas de regulación de sus productos de origen, así como entiendan el enfoque que han tratado de transmitir con su regulaciones en pro del ambiente y gestión responsable.
“Esperamos que nuestros proveedores acumulen expectativas similares a través de sus propias cadenas de suministro y regulen el origen de estos", explicó GM.
Asimismo, las propias marcas han mencionado que han implementado mayores regulaciones para saber de dónde provienen sus materias primas para fabricar sus asientos o cualquier artículo, y también admitiendo que, antes de esto, no tenían la supervisión lo que dificultaba saber el problema que enfrentaban en Brasil.