En algún rincón de la memoria aún vive SAAB, aquella marca sueca cuyo slogan decía “el auto que nació siendo avión”, pues el negocio inicial fue fabricar aviones y jets. Al igual que Volvo, SAAB tenía un claro objetivo en la seguridad pero también, en el diseño y en ofrecer una buena experiencia de manejo.
Tras ser parte de GM por algunos años, donde modelos como el SAAB 9-3 compartían plataforma y motores con el Opel Vectra, por ejemplo, la marca empezaba a incursionar en el creciente mundo de los SUV.
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Un SAAB mexicano
Es así como nació el SAAB 9-4X, una camioneta compacta con el lujo escandinavo cuya plataforma era compartida con la Chevrolet Captiva del momento, la GMC Terrain o Pontiac Torrent, entre otros reetiquetados de los mismos.
El diseño del SAAB 9-4X se tomó casi idéntico del concepto homónimo y que, al día de hoy, se ve fresco pues la trasera incorpora una barra de luz horizontal y ópticas translúcidas. El frente era una evolución de los ya longevos 9-3 y 9-5 de inicios de los 2000.
Para esto, SAAB estaba en una etapa de evolución en diseños, probablemente también en tecnologías y, dado que uno de sus mercados principales era EUA, la idea de fabricar el 9-4X cerca de este país era muy atinada. Así que se usó la fábrica de Ramos Arizpe, Coahuila, para producirlo. Gracioso que un auto sueco, donde cae nieve, haya sido construido en una zona tan caliente.
En fin, la producción del SAAB 9-4X dio inicio en enero de 2011 con dos motorizaciones: un V6 de 3.0 litros con 265 hp o V6 2.8 turbo con 300 hp que iban asociados a una transmisión automática de 6 velocidades. Para Europa se añadiría un motor diesel, pero el tiempo no alcanzó para que esto sucediera.
De esta manera, SAAB pelearía con modelos alemanes como el BMW X3 o Audi Q5, incluso con el Volvo XC60 pero tristemente, el 9-4X no vivió lo suficiente para saber si fue lo suficientemente bueno para ello.
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El unicornio que nació siendo avión
La producción del SAAB 9-4X no duró ni un año, pues duró de febrero a noviembre de 2011, con cifras de producción que varían según las fuentes. Según el museo de SAAB, 814 unidades fueron producidas pero otros reportes aseguran que fueron 673 para la venta y 130 para autos de prueba. De cualquier manera, menos de 1,000 autos es muy poco y esto lo hace rarísimo de ver.
Eso sí, el primero vive sus días en el museo de la marca y, tras la quiebra, el SAAB 9-4X pasó a los libros de historia como el último desarrollo de la firma y el único fabricado en México. Sobre la fábrica, ahí también se produjo la primera Chevrolet Captiva y hoy en día es donde sale la Equinox, Blazer, Blazer EV y próximamente, Equinox EV.
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