Un auto “ chocolate ” para el patrimonio personal es el equivalente a un salto al vacío. Utilizar uno de estos vehículos conlleva riesgos de consideración, con el que el usuario puede terminar perdiendo múltiples veces el monto del supuesto ahorro.
Delimitando el tema, no todos los importados por particulares son chocolates : si el vehículo ya pasó por el proceso legal de importación con su correcto pedimento aduanero y pago de arancel, la mayor parte de los riesgos, que no todos, se ha evitado. Los problemas se acrecentan cuando el auto no cuenta con documentos.
“Uno de los riesgos es que el vehículo sea de desecho” comenta Guillermo Rosales , Director General Adjunto de AMDA “pasando la época de huracanes es común ver caravanas de madrinas y remolques con autos rotulados como pérdida total, provenientes de Louisiana, Florida, Texas, Georgia, que tuvieron inundación y en su país de origen ya no son comercializables más que como material de reciclaje” señala. El vocero de la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores enuncia los principales puntos de riesgo en las unidades de introducción ilegal:
PARTES
El primero de los factores es conseguir refacciones . Si el modelo de interés no tiene presencia en territorio mexicano, conseguir tanto partes de colisión como mecánicas se volverá complejo. En el mercado estadounidense existen marcas y modelos que hasta ahora no están en México, ni estuvieron, por lo que la disponibilidad de partes queda restringida a tres fuentes: compras por internet, adquirirlas por encargo en una cadena refaccionaria internacional, o bien ir a la carroña en los deshuesaderos automotores.
Las situaciones relacionadas a autopartes no dejan de ser meramente un contratiempo, gracias al internet. El gran riesgo para el usuario de autos indocumentados se halla en la responsabilidad civil en que puede incurrir el conductor en cualquier momento. Las aseguradoras no emiten pólizas para vehículos de internación ilegal, así que para empezar, el robo de unidades en esta situación no puede denunciarse ante las autoridades, al no contar el afectado con prueba documental que demuestre la propiedad del auto.
En caso de accidente el conductor perderá no solamente su económico vehículo , el cual quedará incautado, sino que además deberá hacerse responsable directamente de su bolsillo por el monto total del siniestro, y de las multas aplicables.
La parte más lesiva para el patrimonio personal en caso de accidente está en la posibilidad de daño personal a otros conductores o peatones, cuyo gasto hospitalario o compensación por invalidez o fallecimiento correrán a cuenta directa del responsable. En estos casos para el conductor del “ chocolate ” huir del lugar del accidente puede aparecer como la opción más atractiva, pero simplemente el monto de honorarios de un profesional del derecho con precios moderados que apoye en los procesos judiciales subsecuentes puede superar rápidamente los 100 mil pesos.
CORRUPCIÓN
Estando México en el lugar 138 de 180 países en cuanto a corrupción se refiere, podemos esperar que un segmento de los oficiales en contacto con procesos relacionados a vehículos buscará beneficiarse de cualquier oportunidad que surja para obtener un ingreso adicional. En el caso de los “ chocolate ”, el punto de contacto más frecuente serán los oficiales de tránsito, así como policías de cualquier nivel de gobierno.
Ser detectado circulando a exceso de velocidad, estacionarse en lugar prohibido, pasar por un filtro de seguridad o hasta ser el receptor de un choque por alcance puede tener como consecuencia la incautación irremediable del vehículo , por lo que, para fines de su recuperación, el chocolate se vuelve desechable.
¿QUÉ HACER?
Las opciones para quien busca movilidad particular con el máximo ahorro, y de una forma viable, se hallan en el mercado legal de seminuevos. Planes de financiamiento formales para vehículos de cinco años de antigüedad pueden hallarse con montos mensuales equivalentes al gasto en combustible. Las áreas de seminuevos de las agencias ofrecen garantía sobre el producto comercializado.
Cabe considerar que las armadoras con presencia nacional han buscado competir entre sí con mayor encarnizamiento desde que el número de marcas en nuestro país se incrementó, por lo que han tomado la estrategia de ofrecer modelos iniciales cada vez más alcanzables, con financiamientos a más largo plazo, y con el equipamiento de seguridad que el conductor exige, por lo que cada vez un chocolate resulta menos atractivo.
Para quienes no son ni desean ser sujetos de crédito y que además tienen la inquietud de ejecutar un proyecto personal automotor que ostente su habilidad y gusto, una opción está en rescatar un vehículo del abandono.