A la hipertensión arterial se le conoce como “asesina silenciosa” debido a que, en la mayoría de los casos, no se presentan síntomas. Por desgracia, si esta enfermedad cardiovascular crónica degenerativa no se diagnostica ni se controla de manera oportuna, puede detonar otros padecimientos que ponen en riesgo la vida de los pacientes.
Por desgracia, “la hipertensión arterial es un problema muy frecuente en nuestro país. Se considera, más o menos, que un tercio de la población adulta la tiene”. Por eso, “un gran número de personas hipertensas manejan vehículos", señala en entrevista el doctor Alejandro Alcocer Chauvet, cardiólogo adscrito a la Unidad Cardiovascular del Hospital 1° de octubre del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE).
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De acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut) 2018, el 18.4% de los mexicanos de 20 años o más padece hipertensión arterial . Los estados con más incidencia son Campeche, Sonora, Veracruz, Chihuahua y Coahuila. Por otro lado, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) estima que esta enfermedad es responsable de más de 50 mil muertes al año.
“No hay ningún estudio en la literatura que haya propiamente investigado la asociación de la hipertensión arterial con problemas al manejar. Sin embargo, podría uno presumir que un paciente hipertenso , al tener algún tipo de complicación, como un evento agudo, pudiera ser un factor importante para provocar accidentes automovilísticos.
“Se sabe que la hipertensión tiene relación directa con el desarrollo de algunos problemas cardiovasculares, como los infartos cardiacos o las embolias cerebrales. Estos son eventos que ocurren, casi siempre, de manera súbita. Si, por alguna razón, sucedieran en el momento en el que el sujeto hipertenso va manejando, puede ser que provoque un accidente”, considera el doctor Alcocer, también miembro de la Asociación Nacional de Cardiólogos de México y de la Sociedad Europea de Cardiología.
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Por otro lado, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades alertan que tener presión arterial alta te hace cuatro veces más propenso a morir de un derrame cerebral y tres veces más proclive a fallecer por una enfermedad cardiaca. Además, “no existe una cura, pero se puede controlar con éxito con medicamentos y viviendo un estilo de vida saludable”, apunta el doctor Irfan Dadabhoy, médico de atención primaria del Hospital Metodista de Houston.
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Y si bien su característica asintomática no la convierte en una enfermedad incapacitante para conducir, los automovilistas con esta afección deben ser cuidadosos al iniciar o cambiar de tratamiento. Durante el lapso de adaptación, el paciente “pudiera tener mareo o vértigo, pero no es un problema tan frecuente. Simplemente, se requiere que el médico le haga la mención de que evite manejar los primeros días del inicio del tratamiento.
"Si llegas a sentir molestias, detén el automóvil lo más pronto posible, si es que las circunstancias lo permiten. Hasta que no recuperes la situación en la que te sientes mejor, no continúes manejando el vehículo. Si hubiera alguna complicación seria, como es una embolia cerebral o un infarto que se manifestara inicialmente como sensación de mareo o dolor de pecho intenso, hay que solicitar ayuda”, resalta el doctor Alcocer.
Asimismo, es crucial que las personas con hipertensión arterial lleven un monitoreo regular de su presión, se apeguen al tratamiento prescrito, sigan una dieta balanceada y baja en sal, se ejerciten con frecuencia, mantengan un peso saludable, no fumen y eviten situaciones estresantes.