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Hace unas décadas, manejar era una experiencia completamente distinta dependiendo del vehículo en el que se hiciera. Había autos pesados, otros con dirección carente de respuesta, algunos con sistemas de electrónica que eran sinónimo de problemas y así, miles de diferenciadores entre cada uno de los modelos a conducir.
Hoy, la estandarizaciòn de procesos de manufactura ha creado una homogeneización que garantiza sensaciones de manejo similares entre la gran mayoría de los autos.
En un sentido positivo, esto asegura mejores condiciones para la seguridad de un vehículo con materiales de buena calidad y con la garantía de estándares de fabricación similares entre distintas marcas.
Sin embargo, en el sentido más negativo esto nos deja con vehículos aburridos y que, sin importar de qué marca se trate, se manejan iguales. Esto se ve acentuado cuando todos las fabricantes apuestan por el mismo tipo de carrocería en los vehículos. En este caso, las SUVs.
La idea de que Alfa Romeo se involucrara en la inevitable tendencia de fabricar SUVs caló profundamente en el espíritu de los entusiastas que conocen la tradición deportiva de la firma italiana.
Conscientes de este compromiso, Alfa Romeo invirtió más de mil millones de dólares en el desarrollo de la plataforma denominada “Giorgio”. Ésta sirvió como base para el Alfa Romeo Giulia (ganador de nuestro reconocimiento a mejor auto deportivo de 2017) y pensada también para soportar la estructura del primer SUV de su historia: Stelvio.
De manera anticipada a su presentación en el mercado mexicano, tuvimos la oportunidad de manejar
este relevante modelo que, de manera inicial, llegará en la versión Ti y después se verá complementado con la variante de desempeño con la tradicional distinción “Quadrifoglio”.
El Alfa Romeo Stelvio Ti está compuesto en sus entrañas mecánicas con un motor de cuatro cilindros turbocargado, 16 válvulas y 2.0 litros que genera 280 caballos de fuerza y tiene una capacidad de torque de 306 libras-pies. Tanto esta versión, como la de mayor desempeño, están acopladas a una transmisión automática de ocho velocidades.
Dado el riesgo que representa para la identidad de la compañía el hecho de involucrarse en la fabricación de un SUV, su ejecución debía ser muy buena para, no solo destacar dentro de los Alfa Romeo en la historia, sino del enorme espectro de los SUVs actuales.
La tarea se cumple exitosamente en este nuevo producto, pues basta posar el pie sobre el acelerador para remitirnos a algo que la casa italiana ha perfeccionado excepcionalmente durante su historia, la capacidad de producir un vigoroso sonido a pesar de no ser la versión de mayor cilindraje.
A pesar de que este modelo tiene la clara ambición de llevar las ventas de la marca a un nivel jamás registrado con la propuesta de carrocería más demandada por el mercado, es agradable que la compañía no ha sacrificado el desempeño en búsqueda de esta tarea.
El nuevo Alfa Romeo Stelvio muestra su carta de presentación con cifras de desempeño que incluyen la aceleración de 0 a 100 kilómetros por hora en 5.4 segundos y el registro de 230 km/h como velocidad máxima.
Estas cifras son representadas en la percepción de manejo con un un impulso notable que se complementa de una dirección firme y sólida que es comúnmente encontrada en los mejores vehículos deportivos.
Quienes piensen que las capacidades deportivas y la maniobrabilidad del Alfa Romeo Giulia son replicadas en Stelvio, estarán ligeramente decepcionados. No obstante, este modelo sacrifica tales virtudes por las de un vehículo más maduro con la practicidad y las características que han vuelto a las SUVs en los modelos preferidos por todo el mundo.
Los interiores del Alfa Romeo Stelvio hacen justicia a la elegante imagen que se transmite desde el exterior con formas cadentes y, que contrario al resto de la oferta de SUVs, propone algo distinto a lo estándar.
Tan arriesgada e irreverente es la enorme parrilla triangular, como lo es la acertada selección de las vestiduras de piel con hilos gruesos como costura que rematan las coberturas del tablero, asientos y otros elementos ubicados dentro de las puertas.
Estos elementos no quedan solo en lo caprichoso y estético, pues a pesar de que es agradable en sus formas y materiales, el Alfa Romeo Stelvio es también espacioso para los pasajeros y para la carga en la cajuela. Incluso, por encima de modelos de competencia directa como el Porsche Macan.
Las exigencias de conectividad para la vinculación de smartphones está cubierta con una pantalla de infoentretenimiento de ocho pulgadas que destaca por la facilidad de operación en su interfaz.
Stelvio es todo lo que sus creadores quisieron. Una criatura que satisface a quien lo engendró, pues no decepciona en su imagen de un vehículo de desempeño y las características de un SUV. Todo esto, sin salirse de la fina línea de la conservación de una marca tan respetada como Alfa Romeo.
Naturalmente, no se relaciona la compra de un Alfa Romeo como una acción racional, pues argumentativamente, encontraremos opciones más económicas y con cifras que hagan más sentido, sin embargo, pocas marcas en el mercado pueden presumir que adquirir cualquiera de sus productos sea premiado como algo de valor coleccionable como lo hacen los italianos.
El Alfa Romeo Stelvio se sumerge en esas mismas aguas que lo podrían colocar como un producto fuera de rango contra su competencia, pues al colocarse en un precio de 1 millón 350 mil pesos en la versión Ti,que hay ofertas más racionales por las cuales elegir. Sin embargo, la naturaleza de la marca nunca ha sido la de colocarse como la opción coherente, sino la que sobrevive al tiempo y apela a la naturaleza pasional de sus compradores.