El funcionamiento de muchas piezas de ingeniería es tan extraño que puede ser difícil de comprender si no se investiga a fondo; el motor rotativo es uno de esos ejemplos.
Popularizado por Mazda , es una alternativa que no cuenta con movimientos tan bruscos como los provocados por el actuar de los pistones en un motor convencional, y tampoco dispone de bandas o cadenas para distribuir la potencia.
Por dentro de un motor rotativo , hay una cámara de combustión con un contorno en forma de “8”. Es ahí donde encontramos un rotor de figura triangular, que, como su nombre lo dice, se desplaza por el contorno de la cámara de combustión rotando, pasando por diferentes “procesos”.
Al centro del rotor, hay un espacio con un patrón dentado, que se acopla a un engrane que guía su movimiento alrededor de la cámara. En este tipo de motores, el cigüeñal se encuentra en el centro del mismo, así que la potencia del rotor es transmitido directamente a este elemento.
Dada la geometría del motor, para que se complete “una vuelta” del motor, el rotor debe desplazarse 3 veces . El aire entra por un pequeño orificio que se cierra y abre con el paso del rotor, luego procede a la combustión apoyada por bujía y emite los gases resultantes del proceso por un último orificio justo debajo del de admisión.
Los motores rotativos son unas de las máquinas que más trabajo realizan. En un propulsor convencional de 4 cilindros, cada pistón genera poder una vez cada cuatro explosiones, y en un bloque rotativo todo el tiempo se tiene poder del rotor.
Otra de las ventajas, es que se pueden juntar tantos rotores como se quiera . La configuración más común en su momento eran dos propulsores de este tipo juntos, que eran sincronizados para que funcionaran a la perfección y no se perdiera ni un instante de poder.
No obstante, no todo es bueno en los motores rotativos. El mayor problema relacionado con este tipo de movilidad es la pérdida de aceite con su funcionamiento, pues funciona como “sellador” entre el rotor y las paredes de la cámara de combustión, quemándose con mucha facilidad.
Por lo tanto, se incrementa la demanda de aceite y los contaminantes emitidos en el proceso. Otro de los puntos negativos es la eficiencia térmica del motor, pues el área de explosión y figura de la cámara demandan más mezcla estequiométrica para igual el poder de motores convencionales.
Finalmente, la entrega de par en los motores rotativos es baja, pero su funcionamiento a altas revoluciones es de los más aclamados por los amantes del desempeño en circuitos, pues les permite llevar el coche a límites que los bloques de combustión normal no permiten.