Los SUV cada día ganan más popularidad por diferentes motivos, ya sea por moda o porque ofrecen una versatilidad superior comparada con otros vehículos. A pesar de ello, hay marcas que mantienen un portafolio de productos diverso, incluso para quienes quieren ir en contra de lo establecido.
Desde sus orígenes, Mini se ha caracterizado por ser una marca disruptiva que siempre quiere salir del molde. Aunque también cuentan con camionetas, como el Countryman, existe un auto para personas que buscan ser diferentes pese a todo: el Mini Convertible.
Abierto al mundo
El Mini es de esos autos que, generación tras generación y sin importar si te apasionan los coches, puedes identificar. Entra en la categoría de vehículos icónicos, como el Beetle o FIAT 500 que alegran el día de quien los ve pasar. Como es usual en estos modelos, el Mini Convertible mantiene los faros redondos y líneas suaves de la carrocería.
Lee también Abarth 500e, el nuevo hot hatch eléctrico de la marca italiana
Por detrás, las luces Union Jack, que tienen la bandera británica al encender, son un guiño a sus orígenes. Particularmente, el Mini que nos prestaron era de un color amarillo verdoso muy vibrante, que en definitiva lo hace más destacable. Pero con el toldo arriba, que es de tela, resulta ligeramente más discreto aunque también tiene la bandera estampada.
El cielo es el límite
Por dentro, prácticamente no existen diferencias con respecto a cualquier otro Mini. Tiene un cuadro de instrumentos digital que no es muy configurable pero sí fácil de leer, pantalla central de 8.8 pulgadas con un marco iluminado que cambia el patrón de luz según las funciones. Por ejemplo, al subir el volumen se ilumina para representarlo pero también funciona como tacómetro.
Los asientos de piel azul corresponden a una edición llamada Sidewalk Edition , que contrastan de manera interesante con la pintura amarilla. Son asientos que tienen buen soporte para divertirse en curvas y esto lleva al punto de la versatilidad. No existen muchos huecos para poner cosas del día a día pero, ¿realmente es necesario en un auto así de divertido?
La cajuela tiene una capacidad de 215 litros que, con una maleta de cabina de avión y una backpack queda prácticamente llena. Pero recordemos que es más un auto capricho, entonces realmente no es necesario tanto espacio de carga. Y en caso de hacerlo, los asientos traseros se pueden abatir. O si transportas algo muy alto, puedes bajar el techo, aprovechando que el cielo es el límite.
¿Qué se siente manejar un convertible?
Todo comienza con el interruptor frente al retrovisor : al presionarlo, abre la primer sección de la capota a modo de “quemacocos” y tras volver a accionarlo, las ventanas se bajan y el techo comienza a hacerse para atrás hasta guardarse.
Para asegurarnos que quedó totalmente abierto, existe un indicador que muestra la totalidad de esta acción. Desde afuera, puede verse como una gorra hacia atrás, cosa que penaliza la visibilidad desde el espejo pero que proporciona una experiencia de manejo muy grata.
El sueño de todos los que amamos los autos es sentir el viento recorrer el rostro en algún convertible, y aunque el clima fresco no fue el mejor aliado, sí ayudó a no tener un bronceado sin visitar la playa. Los autos de alrededor parecen más grandes de lo que son además de que más de una persona voltea a ver el Mini con cara de felicidad.
Conforme la velocidad incrementa, se percibe algo de viento en la cabina pero realmente, nada grave. Hay un difusor que se instala manualmente para disminuir esto pero, ¿en verdad es necesario? Parte de la experiencia es bajarse despeinados pero con una sonrisa.
Mini dejaría de ser Mini si no añadiera algunos detalles coquetos, como un medidor de tiempo con el techo abajo. Realmente no tiene una función importante más que presumir con amigos cuántas horas hemos manejado con el toldo abajo y son esos detalles que vuelven a esta marca muy especial.
Sensaciones de go kart
El motor es el 2.0 litros turbo que genera 192 caballos de fuerza y 206 lb-pie de par que mueven las llantas delanteras mediante una transmisión de doble embrague de 7 velocidades. Para el tamaño del auto, este motor es más que generoso con la potencia y fácilmente se llegan a velocidades de carretera.
Lee también Aceite de transmisión: cada cuánto tiempo se tiene que cambiar
El hecho de tener las llantas en los extremos de la carrocería, junto a un centro de gravedad bajo y dirección precisa, hace que los movimientos más sutiles se conviertan en parte de la experiencia de manejo, como si de un go kart se tratara. El auto hace exactamente lo que queremos que haga. Por otro lado, el sonido del motor invita a acelerar más y más.
La transmisión no se siente como una doble embrague, lo cual se agradece en momentos de tráfico pesado. Que si hablamos de manejo urbano, es imposible dejar atrás los consumos, pues durante el tiempo de manejo se logró un promedio de 10.2 km/l, una cifra adecuada para el nivel de diversión que ofrece.
El precio de la Sidewalk Edition es de $861,000 pero está disponible desde los $769,000 con la versión Iconic. Si bien, por este precio ya es posible adquirir coches mucho más grandes, pocos ofrecen un estilo así de especial combinado con un manejo sumamente divertido. El Mini Convertible podría catalogarse como un auto capricho que no tiene por qué estar peleado con un manejo citadino aunque es importante tomar en cuenta la habitabilidad en caso de un largo viaje por carretera.