Durante la celebración de los 10 años de la planta de Salamanca, tuvimos la oportunidad de entrevistar a Miguel Barbeyto, presidente de la compañía en México. Este espacio nos sirvió para conocer un poco más a fondo los planes de la marca a futuro, así como los principales retos con los que se enfrentan en la actualidad.
¿Cuál ha sido el crecimiento de esta década?
La primera piedra se puso en el 2011, y la planta arrancó el 27 de febrero del 2014. Hemos fabricado 1.6 millones de unidades y, los dos mejores años de la planta fueron 2015 y 2023, ambos con poco más de 200 mil unidades fabricadas.
La diferencia es que, en 2015, fabricábamos en conjunto un auto de otra compañía japonesa, pero en 2023 fueron 100 por ciento de nuestros productos. Esto nos habla de un crecimiento exponencial. Esta planta es la segunda más importante fuera de Japón, y la capacidad sería de hasta 250 mil unidades anuales.
¿Cómo ha impactado Mazda en la generación de empleos en GTO?
No es fácil encontrar gente, sin embargo, hoy en día tenemos un equipo bastante bien consolidado. La rotación de empleo es de menos de dos dígitos, entonces eso nos da una estabilidad al proyecto.
Tenemos 5,200 empleos en la planta, y más de 10 mil en toda la empresa. En 2005 éramos 7 empleados, hoy en día, con la regla de 3 a 1 de los empleos indirectos, podríamos decir que estamos generando impacto en 30 mil personas.
¿Qué acciones están tomando en la planta para prepararse ante un futuro que exige la fabricación de autos eléctricos?
Primero hay que analizar la capacidad de energía que hay en la región. Se necesita una infraestructura enorme para fabricar autos eléctricos. Se están haciendo estudios en México y en otras partes del mundo para ver en dónde Mazda puede fabricar autos de este tipo, además de Japón.
Es un reto enorme, porque se necesita muchísima cantidad de energía para lograrlo. No decimos que sea imposible, pero la región aún tiene ciertas oportunidades de mejora en ese sentido y estamos trabajando en ello.
¿Cuáles han sido los momentos más difíciles de estos años?
Ha habido muchos desafíos. Cada uno nos hace más fuertes. La crisis del 2009 a nivel global nos hizo aprender a crear nuestro propio camino cuando la marca americana a la que pertenecíamos vende a la compañía.
Arrancar la operación en Salamanca fue otro reto. El choque cultural entre Japón y México era algo que teníamos que adaptarnos, y la transferencia de la tecnología para igualar las calidades fue otro paso importante.
No podemos dejar atrás al Covid. No había un libro que nos dijera qué hacer, pero salimos más fuertes y aprendimos muchas cosas. La compañía es independiente, no pertenece a ningún grupo y pensamos seguir así, saliendo adelante de todos los desafíos.