En un contexto “normal”, cumplir 10 años no suena a gran cosa. Sin embargo, cuando se trata de fabricar de manera ininterrumpida automóviles de la más alta calidad, sin duda alguna es todo un logro para celebrar.
Como parte de una ceremonia de festejo, Mazda convocó a colaboradores, proveedores, personajes importantes de la política y hasta el director global de la compañía en su planta de Salamanca.
En el lugar, se dieron cita personas como Miguel Barbeyto, presidente de Mazda de México, Diego Sinhue Rodríguez, gobernador del estado de Guanajuato y Masahiro Moro, presidente de Mazda Motor en todo el mundo.
Mazda de México está celebrando una década de producción sin parar en su planta de Salamanca, Guanajuato. Si bien la primera piedra del complejo se colocó en 2011, la fábrica comenzó operaciones en febrero de 2014 y, a partir de ahí, la historia se ha ido escribiendo sola.
En aquel momento, Mazda Salamanca era el primer lugar en el que se fabricarían autos de la firma japonesa fuera de su país natal, por lo que el compromiso era enorme. El primer auto que salió de la línea de producción fue un Mazda3, sentando las bases para lo que sería después toda una plétora de modelos que verían la luz en este lugar.
Hoy en día, la planta ha fabricado más de 1.6 millones de unidades, siendo los responsables en la actualidad de la producción de modelos como Mazda2, Mazda3, Mazda CX-3 y Mazda CX-30. Todos estos productos son tanto para el mercado local como para la exportación internacional.
Es un complejo sumamente importante para la marca. Según Mazda, hoy en día Salamanca representa el 25 por ciento de su producción global total, asegurando la distribución de productos a 36 países en todo el mundo, como Colombia, Estados Unidos, Canadá, Francia, Alemania, Polonia, Suiza y hasta Japón.
Pero no solo se trata de producir, sino de tratar de hacerlo de una manera en la que el impacto ambiental sea el menor posible. En ese sentido, Mazda ha implementado ciertos procesos internos en Salamanca que aseguran ayudar a disminuir la huella de carbono.
Entre algunas cosas, Mazda asegura que hasta un 14 por ciento de la energía utilizada por su planta es limpia de emisiones contaminantes. Esta energía se usa en todos sus procesos, desde estampado hasta pintura.
Calidad ante todo
Algo que para Mazda es importante, es tener la mejor calidad de sus productos sin importar el lugar donde sean fabricados. Es por eso que la firma japonesa constantemente está capacitando a su personal encargado de la producción, mandándolos incluso hasta Japón para formar partes de seminarios y talleres.
Una vez capacitados, el personal aplica estos rigurosos procesos de calidad en partes como estampado, carrocería, pintura, maquinado, ensamble de motor y hasta embarque.
Gracias a estos procesos, Mazda Salamanca cuenta con certificaciones ISO 9001, que acreditan que la planta cuenta con un sistema de gestión efectivo para garantizar una alta calidad de los autos fabricados.
Los objetivos de la marca con su planta en México son claros. Lo primero que quieren lograr es que, para 2024, salgan de la línea de producción más de 210 mil unidades. También, quieren que el 70 por ciento de las ventas de Mazda en el país sean autos fabricados en esta fábrica.
También quieren aumentar la producción de empleos, tanto directos como indirectos. Hoy en día se tienen cerca de 5,200 colaboradores en los dos turnos en que labora la planta, así como 216 alianzas con proveedores locales en diferentes ramas.