Esta semana se presentó el nuevo Mercedes-Benz Clase C y entre las novedades de lujo, tecnología y diseño, me llamó la atención la oferta mecánica que se ofrece.
La configuración mecánica de la cual se espera el mayor número de ventas es un cuatro cilindros de 255 caballos de fuerza (misma potencia que la generación anterior) que cuenta con un asistente electrónico. Este pequeño asistente no es sorpresa en los autos de lujo, pues se ha vuelto un estándar como método de asistencia a la potencia y un mínimo ahorro de combustible.
Entre los anuncios del famoso sedán alemán, también destaca la llegada de versiones híbridas enchufables que nos llevan a la reflexión de que es muy probable que estas sean las últimas entregas generacionales con motor a gasolina. Es decir, el próximo Clase C de Mercedes-Benz es casi un hecho que será eléctrico .
No se requiere una bola de cristal para interpretar esto, pues considerando que los ciclos de un producto son de siete u ocho años entre cambios generacionales, resulta lógico pensar que para entonces, los catálogos serán mayoritariamente eléctricos.
Este cambio no representa solo la distinción de lo presente en el portafolios actual por su tipo de propulsión, sino la posible desaparición de muchos de los nombres arraigados en el mercado.
Tomemos por ejemplo, el caso de Mercedes-Benz, quienes han decidido nombrar a sus vehículos eléctricos con el sufijo “EQ”. Es decir, el primero de sus modelos cero emisiones lleva por nombre EQC (debido a que es de las mismas dimensiones que una GLC actual).
En este tenor, presentaron meses después un sedán denominado EQS (debido a que es de las mismas dimensiones que un Clase S), dejando en claro que no importa el tamaño o el tipo de carrocerías, el sufijo eléctrico permanecerá por un buen rato.
El caso es el mismo con Audi. La denominación “ e-tron ” acompaña a los eléctricos de la marca sin importar si son SUVs, coupés deportivos o CUVs.
Bajo esta óptica, es natural pensar que muy probablemente dejen de existir los grandes nombres que son identificables con un tamaño (BMW Serie 3, Volkswagen Jetta, Audi Q5) y carrocería específica para dar pie a un portafolios uniforme que dé a entender el tipo de propulsión en tendencia.