Las llantas son un elemento importante para la seguridad y la adherencia de un vehículo. Con el paso del tiempo, es normal que se desgasten, lo que inevitablemente disminuye su desempeño.
Y aunque a simple vista puedan lucir en buenas condiciones, es importante saber si los neumáticos tienen una fecha de caducidad. ¿Te lo habías preguntado? Sigue leyendo para conocer más sobre el tema.
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¿Cómo saber la fecha de caducidad de una llanta?
Volkswagen, fabricante automotriz, menciona que las llantas no tienen una fecha de caducidad. Sin embargo, cuentan con un ciclo de vida que puede extenderse de los 4 a 5 años desde que fueron fabricadas.
Por supuesto, antes de que las reemplaces, vale la pena acudir con un experto para que realice una inspección y determine si se les puede dar mantenimiento o es mejor comprar nuevas.
Otro fabricantes de llantas, como Michelin, recomiendan no utilizar los mismos neumáticos si presentan fallas o su edad es avanzada. Para conocer este dato, deberás revisar la fecha de fabricación.
Sólo tendrás que checar el lateral del neumático donde se encuentra impreso el código DOT. Consta de 4 dígitos: los 2 primeros indican la semana de fabricación y los 2 últimos el año. Si rebasan los 5 años, no lo dudes y cámbialas.
Y más allá del uso cotidiano, factores como la exposición solar, las variaciones de temperatura, la presión de inflado, los hábitos de conducción y las condiciones del asfalto pueden acortar su vida útil.
En consecuencia, disminuye la adherencia e incrementa el riesgo de accidentes o ponchaduras.
¿Cuándo se debe hacer el cambio de llantas?
El signo más evidente y que nos advierte que es momento de cambiar un neumático, es el desgaste en la banda de rodamiento.
De acuerdo con Firestone, la profundidad de la banda de rodamiento no debe de estar por debajo de los 1.6 mm. Una vez que se supere ese límite, lo mejor es cambiar la llanta para evitar percances en el camino.
Todas las marcas incluyen en sus modelos de neumáticos indicadores para medir la banda de rodamiento mediante dibujos o marcas específicas. Además, recuerda que debe lucir nítida y con profundidad.
Si las llantas presentan grietas, cuarteaduras, protuberancias (chipotes), hendiduras o un desgaste irregular, deberás llevarlas a una revisión para que te indiquen si vale la pena repararlas o no.
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