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El FIAT 500 es uno de los vehículos más populares del mundo y su demanda en México y los Estados Unidos aumentó tanto a inicios de esta década que se optó por asignar la producción de este modelo a la planta de FCA en Toluca, Estado de México.
A inicios de año, se anunció que la producción del pequeño “ topolino ” dejaría de tener lugar en nuestro país y por esa razón, la marca italiana honra a su estancia de 2011 a 2019 en México con una edición especial que celebra este nostálgico momento.
Si ya cualquier FIAT 500C despierta atenciones, el Abarth “Tributo a México” no es para nada discreto. Esto no quiere decir que cuente con elementos de diseño estridentes, con colores chillones o toques que rayen en el mal gusto.
Por el contrario, posee una cuidada estética italiana que realza su carisma innato, dejando claro que su personalidad nada tiene que ver con un 500 "normal".
De los colores disponibles que habrá para esta edición especial, nos tocó un verde metálico cuyo acabado maneja la luz del natural a su antojo: en la sombra puede adquirir tonos que van del verde oscuro hasta tonos más marrones, mientras que con la luz del sol a plomo revela casi toda la gama de verdes.
En contraste, luce un acabado blanco sólido que va del techo corredizo hasta el alerón posterior y los espejos laterales. Un gráfico en vinilo con su nombre se muestra en la zona baja de los costados y, como era de esperarse, cuenta con cuatro anagramas Abarth en la carrocería: dos en las caderas, uno frontal y otro posterior.
Emplea el mismo diseño de fascias conocido en los Abarth , teniendo como principales distintivos la parrilla inferior ligeramente más amplia a efecto de continuar en los laterales desde donde se canaliza aire fresco hacia los frenos delanteros, mientras que al centro, el conocido logotipo FIAT cede su lugar a la forma del notable anagrama Abarth y una entrada de aire adicional para el motor.
Todo eso cabe en una fascia tan pequeña y, además se complementa con luces de Xenon, los distintivos pilotos del 500C y un par de diminutas nieblas que en conjunto son los mayores responsables de esa malévola sonrisa.
El buen gusto continúa en la parte posterior, donde además del alerón superior, se muestran toques de nostalgia. Y es que el escape mantiene su tradicional salida doble y un robusto difusor inferior, recordándonos el legado de Carlo Abarth . Incluso el diseño de los rines de 17" evocan al icónico modelo Superleggera.
El portón trasero aloja al pequeño medallón, y, a diferencia de la frontal, cuenta con el anagrama Abarth y el de 500C sobre un bisel cromado donde acertadamente se oculta la cámara de visión trasera. Por último, y tal como lo recordaba, los laterales de la fascia trasera mantienen un par de ventilas que disipan calor de las ruedas.
Como puedes ver, y como ha sido a lo largo de su historia, el 500C Abarth es un auto que atrapa miradas. Eso es inevitable, es como una norma ya establecida de los diseños especiales italianos y, en ese sentido, este tributo a México también tiene mucho que ofrecer en su habitáculo, donde las formas y acabados conocidos en los Abarth se acompañan de exclusivos detalles para esta versión.
Lo primero que se nota son los asientos tipo baquet, acompañados de costuras rojas en ambas bancas. Como se ha conocido con anterioridad, la columna de dirección únicamente puede ajustarse en altura pero compensa con un volante forrado en piel, robusto, de buen tacto, achatado en su parte inferior, manteniendo la tónica de diseño y funcionalidad con controles para audio, teléfono, así como control de velocidad crucero, con el logotipo Abarth en el centro. Pedales y posapié de aluminio, además de un pomo de palanca también con costuras rojas completan el tratamiento deportivo.
Es increíble cómo un motor tan pequeño puede sonar tan bien y cómo esto nos remonta a los años sesenta, cuando Carlo Abarth producía sistemas de escape de alto rendimiento para coches de carreras.
La primera es que, como me sucedió aquella primera vez que manejé uno, no esperas tanto poder en un auto tan pequeño, bien conscientes de que no es un súper deportivo, pero realmente la potencia te sorprende. Y, mientras las notas del escape se orquestan por el acelerador o los cambios de velocidad, las rpm´s no pararán de subir hasta que de pronto te encuentras con la primera curva y entonces el Abarth mandará el primer aviso: no es un juguete para cualquiera.
Para algunos, esto nos resulta divertido, mucho más sabiendo que el sistema de frenos cumple cabalmente su función y en realidad, su estructura es una cápsula de seguridad enriquecida con siete bolsas de aire, únicas en su clase.
Mecánicamente no cambia nada
en relación con la versión que se vendió desde el inicio de su aventura en México, pero este es uno de esos casos en los que la calibración, programación y puesta punto es tan buena que no hacen falta grandes cambios en este apartado.
Al tratarse de una versión con el distintivo de ser la edición especial que rinde tributo a nuestro país, este modelo será un inmediato clásico del futuro.
Iniciará a venderse en 469 mil 900 pesos en la versión con caja manual y 499 mil 900 pesos.