El nuevo Volkswagen Virtus es un modelo que probablemente no nos diga mucho por su nombre, pero representa el reemplazo del modelo que más dividendos genera para la marca en nuestro país, el Vento.
Este modelo, el cual pudimos manejar de manera previa a su lanzamiento en México, ha sido largamente anticipado como “el nuevo Vento” y en este primer contacto, el equipo de Volkswagen Latinoamérica nos ha confirmado lo previamente sospechado.
Volkswagen
se prepara ya para sustituir al mencionado sedán subcompacto que c omenzara su camino entre 2013 y 2014 , con solo un ligero “facelift” en sus cinco años de comercialización en México.
Al paso de un lustro, aquellas dudas se disiparon con la presencia del Vento dentro de los cuatro autos más vendidos de México.
De acuerdo a la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotore s, tan solo en 2017, se vendieron 63 mil 402 de estos ejemplares y un año antes, 63 mil 200 unidades del tan mencionado Vento.
Así, pues, el margen de maniobra de la marca alemana para hacer cualquier clase de modificación (o peor, reemplazo) en este modelo ha sido de naturaleza quirúrgica para no vulnerar estos destacados números.
De tal manera, para aclarar todas nuestras inquietudes en torno al nuevo Virtus, Volkswagen puso a nuestra disposición un par de unidades con la cuales recorrimos cerca de 250 kilómetros desde la ciudad de Sao Paulo hasta la región costera de Guaruja.
De inmediato, la silueta del auto nos pone a pensar: ¿tiene las formas del Jetta? ¿es más grande que el Vento ? Podemos decirles que tratar de definirlo de esa manera sería reduccionista y simplista.
Resulta que Virtus , al igual que los mencionados, se suma a los modelos que, de a poco, van presentando el nuevo lenguaje de diseño Volkswagen , donde las parrillas frontales y los trazos posteriores cobran más importancia e incluso se asemejan entre sí.
De ahí en más, la carrocería de Virtus es punto y aparte en relación con Jetta o Vento , ya que su construcción se ha erguido sobre la plataforma MQB que comparte con el nuevo Polo, también producido en Brasil.
Esto no es mera percepción visual, ya que cuestiones técnicas como la distancia entre ejes o su longitud final (con respecto al a ctual Vento ) son notablemente mayores (8.5 cm y 42.5 cm, respectivamente). Comenzamos a desplazarnos por las calles de Sao Paulo, donde la descripción para el tránsito en horas pico sería: apabullante.
El Virtus
, con ayuda del navegador integrado en el Digital Active Info Display , sortea hábilmente el tráfico y así, nos dirigimos hacia la carretera preguntándonos cómo es que tal accesorio había sido integrado en un auto de este segmento.
Si bien manejamos la versión más equipada, que también cuenta con Infotainment Discover Media, pantalla de 8.5 pulgadas, CarPlay y Android Auto , nos quedó muy claro que es muy complicado pensar o esperar que nuestro Vento o Polo cuente con este tipo de equipamiento considerando que aún modelos como Jetta, Tiguan o la gama de variantes de Golf todavía no lo tienen.
En este sentido, el “Virtus brasileño” sorprende por equipamiento, aunque de pronto encontremos algunos altibajos como la calidad de materiales en zonas de su habitáculo tales como tapas de puertas o techo.
Si en Vento nos gusta la habitabilidad, Virtus lo supera con un plus de comodidad, equipamiento y versatilidad.
Estos podrían ser naturales en un esperado cambio generacional. Sin embargo, esta transformación integral trae beneficios mucho más tangibles. Un ejemplo son sus 521 litros de capacidad en la cajuela.
El temporal trajo humedad y neblina a la carretera, donde los límites de velocidad son muy estrictos debido al tipo de orografía característico del territorio brasileño.
Sin embargo, tuvimos recuperaciones muy razonables, picos de velocidad bastante interesantes y, sobre todo, la confianza de pedirle al auto que fuera más allá de lo que puede hacer un auto de este segmento.
Su respuesta fue por demás aceptable: no hubo reacciones raras, ni esa incertidumbre que a veces existe entre dirección y conductor. Se siente ya el buen trabajo que le c onocemos a la MQB.
La rigidez y ligereza de la MQB son las mejores herramientas que el pequeño motor TSI 1.0 L tricilíndrico y la Tiptronic de seis velocidades tienen a su disposición para entregar plenamente 115 caballos de fuerza. En el caso de la versión que manejamos, fueron 200 Nm de torque (148 Lb-pie), tal y como lo especifica su anagrama posterior: TSI 200.
Las posibilidades de equipamiento mecánico para México se estarían debatiendo entre un 1.6 litros MPI, el conocido 1.4 litros TSI y el probado tricilíndrico de 1.0 litros turbo TSI que nos llevó a bordo del Volkswagen Virtus hasta las playas de Guarujá.
Hablar de las virtudes y defectos de un modelo cuya llegada y configuración al mercado mexicano aún son desconocidos, puede ser un poco absurdo. Sin embargo, hay elementos que no se modificarán y serán una constante para cuando “el nuevo Vento” llegue.
Un apartado que, aunque no es seguro que se mantenga, difícilmente se modificará va en un sentido negativo. Se trata de los materiales de interiores y del ensamble de los mismos.
En elementos como el cielo del techo interno o los plásticos de tapas de puertas, no solo deja qué desear, sino que sorprende ver que en un modelo tan actual, permanezcan materiales presentes en modelos como el Gol o Polo.
A pesar de que es un hecho que este modelo se comercializará a partir de 2019 , aún es una incógnita a qué altura del año sucederá.