Resulta imposible no conocer una canción de Elvis Presley, el Rey del Rock. Pero lo que quizá sea algo más desconocido es el amor que tuvo por el auto que compró en Alemania, durante su servicio militar.
La historia se remonta a 1958, cuando Elvis viajó hasta Alemania para realizar su servicio militar. Una vez ahí, se desplazó a Frankfurt para comprar un auto con el cual moverse. La elección fue nada más que un BMW 507, que por cierto, ya había tenido un dueño previo,y cuyo color original era blanco.
El BMW 507 salió al mercado en 1956 y aunque la marca apostaba mucho por este modelo, dejó de producirse 4 años después, con solamente 254 unidades fabricadas. Pero el tema de la exclusividad es punto y aparte.
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El precio de la fama
El elegante convertible con un V8 de 150 caballos de fuerza, una cifra elevada para la época, también sufrió el precio de la fama del Rey del Rock pues sus apasionadas fans solían dejar rastros de labial sobre la carrocería del BMW.
¿Te imaginas llegar a casa y que tu auto esté lleno de besos? Claramente a ninguna esposa o novia le va a hacer mucha gracia. Por este motivo, Elvis decidió repintarlo, ahora en un rojo que se asemeja al tono del popular lapiz labial de los años 50 y 60.
Pasaron 2 años en Alemania y el servicio militar concluye, pero Elvis regresó a casa con su maleta y un auto con el que no había salido de casa. Su carrera musical es retomada y, aunque realmente gustaba de manejar el BMW 507, lo vende ese mismo año.
Cambios radicales
Tras dejar el 507 en una agencia de autos en Nueva York, el vendedor tuvo la astucia de anunciarlo como “el auto de Elvis” y sí, rápidamente tuvo un nuevo dueño. Se trató del DJ más importante del momento, Tommy Charles, quien impulsó de manera importante la carrera de Los Beatles.
Pero la misma magia que ponía en la música no precisamente fue a dar con los autos. A pesar de haber adquirido el auto de Elvis, lo modificó fuertemente. Cambió el motor original por un V8 de origen Chevrolet, cambió el eje trasero y parte del chasis.
Desde entonces, fue pasando por diferentes personas hasta perderse del mapa durante algún tiempo. Afortunadamente, en 1968, un ingeniero aeronáutico de nombre Jack Castor encontró el BMW 507 en un granero y, tras cotejar el número de chasis con un antiguo papel del seguro, pudo comprobar que se trataba del coche de Elvis Presley.
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De regreso a casa
De la mano de Castor pasa a ser parte del museo de BMW, esto gracias a que el periodista automotriz Jackie Jouret lo encontrara abandonado en un almacén de calabazas propiedad del ingenierio. Parece que a este auto le gustaba pasar años escondido.
El auto estaba en malas condiciones, sin puntura y lleno de óxido pero el número de chasis, el 70079, seguía visible y esto es lo que lo vuelve tan especial. BMW decide restaurarlo en 2014, con procesos meticulosos.
A pesar de la inteligente idea de Elvis por pintarlo en rojo, el departamento de restauración de BMW le devolvió la pintura blanca original. Fue un proceso minucioso y de mucha labor, pero que hoy en día puede apreciarse en el Elvis Room del BMW Welt, el museo de la marca en Munich.