Las últimas dos carreras de Fórmula 1 han sido un espectáculo, donde han habido aparatosos accidentes que han tenido implicaciones en el resultado de las competencias.
Hace dos carreras, vimos cómo Lewis Hamilton provocó el despiste de su rival más directo en el campeonato y en el pasado Gran Premio de Hungría, su coequipero, Valtteri Bottas; generó una carambola que tuvo consecuencias desafortunadas entre los pilotos de Red Bull, Ferrari y McLaren.
Naturalmente, este par de choques tuvieron consecuencias negativas en la carrera por el campeonato que Red Bull busca conseguir, sin embargo, otro de los aspectos que le duele al equipo austriaco es el elevado costo que implica la reparación de los autos.
Por si fuera poco, estas grandes cantidades de dinero no pueden ser gastadas de manera indiscriminada pues, por primera vez en la historia, la administración de la Fórmula 1 ha establecido un límite presupuestal, significando que todo equipo que exceda una cifra de 147.5 millones de dólares puede ser penalizado con puntos en el campeonato.
La naturaleza de alta competitividad que existe en la Fórmula 1 hace que los pilotos conduzcan sus monoplazas a velocidades por encima de los 300 kilómetros por hora y eso provoca que ningún accidente sea igual a otro. De esta manera, es imposible establecer una cifra exacta del costo de cada impacto. Sin embargo, a partir del registro de cada equipo en ciertos choques, podemos entender los alcances monetarios de una colisión.
Por ejemplo, el aparatoso accidente que sufrió Valtteri Bottas, piloto de Mercedes-Benz, en el Gran Premio de Emilia Romagna, en Italia, costó un millón de dólares al equipo alemán, siendo uno de los más caros en lo que va de la temporada.
El mencionado accidente que sufrió Max Verstappen contra Lewis Hamilton en Silverstone, Inglaterra le costó 1.8 millones de dólares a Red Bull, a causa de la reparación de todo el chasis aerodinámico y por el elevado costo de reparación de la unidad de potencia.
Una de las razones por la que la reparación de estos vehículos es sumamente costosa es que todas las piezas son hechas a mano y constan de materiales extremadamente caros como lo es la fibra de carbono.
Otro factor a considerar es que estas piezas toman mucho tiempo en ser fabricadas, pues para que un compuesto de fibra de carbono pueda ser empleada en un auto de Fórmula 1 , tiene que ser sometida a varios procesos de recubrimiento para, posteriormente, ser sometida una certificación de seguridad para su empleo.
De acuerdo con reportes del medio especializado Autosport, el accidente de Max Verstappen en Silverstone lo convirtió en el piloto que más ha gastado en reparaciones y mantenimiento de su monoplaza en lo que va del campeonato.
Según estos datos, el monto desembolsado por el neerlandés es de 3 millones 267 mil dólares. Le sigue Valtteri Bottas con 2 millones 354 mil dólares y el “podio” lo complementa Yuki Tsunoda con 2 millones 24 mil dólares.
Estas cifras fueron registradas hasta antes de la carrera más reciente de esta temporada. No obstante, falta asentar el costo de los gastos de reparación del GP de Hungría, donde pilotos como Sergio “Checo” Pérez se vieron fuertemente afectados.