La Guía Michelin , conocida también como “La biblia roja” premia a los mejores restaurantes del mundo. Mediante un sistema de calificación por estrellas, esta curiosa lista comenzó como una estrategia de mercadotecnia por parte de la compañía llantera, y aquí te contamos cómo surgió la idea.
Andre y Edouard Michelin fueron dos hermanos que fundaron una compañia de caucho en Clermont, Francia. Producían neumáticos para bicicletas y motocicletas en sus primeros años, pero tiempo después incursionaron en los automóviles.
A principios del siglo pasado, la industria automotriz estaba reservada a magnates millonarios y, estratégicamente, diseñaron una mascota que aparentaba ser un hombre rico de aquellos años.
Esto inspiró al caricaturista francés Marius Roussillon a dibujar una escena en la que se veía a la mascota de Michelin en una mesa, con un plato lleno de billetes quemados en una mano y comida en la otra para denotar la “opulencia” del personaje.
Siguiendo esta corriente, los hermanos Michelin lanzaron a principios de 1900 un libro llamado “La Guía Michelin”. Este documento se interpretaba como un “servicio al cliente” que la firma ofrecía a todos aquellos que se hicieran de unos neumáticos.
Los primeros ejemplares de este libro ofrecían consejos de mecánica básica, cuidados de los neumáticos, funcionamiento de algunos coches y, al final, una lista de lugares de interés a las que los conductores podían asistir para probar en el camino sus nuevos neumáticos.
Durante 20 años, este libro era gratuito, pero comenzó a ganar popularidad entre los conductores, por lo que, en 1920, los hermanos Michelin decidieron comenzar a cobrar 7 francos por cada ejemplar.
En 1921 vendieron 100,000 copias, pero fue hasta 1926 que comenzaron con el ranqueo de restaurantes . El sistema fue refinado en 1936, adoptando las famosas 3 estrellas Michelin de hoy en día.
Una estrella se refiere a un buen platillo, dos estrellas indican que el restaurante vale la pena si te queda de camino y las tres estrellas indican que, en definitiva, el restaurante tiene que ser visitado por su excelente servicio y comida.
Cuando la Guía Michelin se centró en los restaurantes, empleó inspectores para visitar los lugares de manera anónima. Usualmente eran chefs retirados que se presentaban como un comensal más y calificaban el servicio.
El resto es historia y, durante tantos años, ha tenido un gran número de utilidades. Una de las más curiosas, es que ayudó a las fuerzas aliadas durante la Segunda Guerra Mundial gracias.
Los mapas impresos en el libro eran una buena referencia para las cerradas calles francesas, por lo que los soldados copiaron dichas indicaciones para moverse en las ciudades.