El Audi A8 es este sedán ejecutivo que personalidades y mandatarios de diferentes países, que actualmente está en la cuarta generación y que fue el pionero en diferentes aspectos para acercar la marca a un público que busca lujo e innovación.
Si hacemos un viaje al pasado, en 1993 se presentó el Audi Space Frame Concept, el cual adelantaba dos cosas: un nuevo sedán de alta gama así como la construcción de aluminio para reducir el peso. Y así, al año siguiente, llegó la primera generación del Audi A8 con un nuevo momento para la marca.
Conforme pasaron los años se añadieron aspectos de tecnología y seguridad, como ESP, faros de xenón o un motor W12. Pero en ese tiempo también se consideró crear una variante más personal, que no requiriera necesariamente un chofer para disfrutar del lujo propuesto por Audi.
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Un proyecto casi realizado
El Audi A8 rápidamente se posicionó en la tercia de sedanes ejecutivos alemanes, junto con el BMW Serie 7 y el Mercedes-Benz Clase S. Con motivo de llegar a nuevos clientes y de hacerle competencia al BMW Serie 8 y Mercedes-Benz CL, la casa de Ingolstadt fabricó un A8 Coupé.
Corría el año de 1997 cuando Audi le encargó a la empresa sueca de ingeniería, IVM Automotive Engineering, crear un prototipo del A8 Coupé. Podrás pensar que sería algo relativamente sencillo, pues se quitan dos puertas, hacen algunos ajustes a la estructura y listo.
Pero no, la realidad es que se requirieron muchos cambios, principalmente estructurales, pues se tenía que garantizar la seguridad del habitáculo puesto que el poste B desapareció para darle cabida a unas ventanas sin marco. Por otro lado, otros paneles de la carrocería eran diferentes dada las nuevas formas del Audi A8 Coupé, especialmente en la salpicadera trasera.
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A pesar del enorme esfuerzo y de que el prototipo del Audi A8 Coupé era prácticamente un hecho, la marca decidió no fabricarlo al ver las bajas ventas de sus competidores. Hubiera sido mucho dinero invertido en un auto que, seguramente, hubiera vendido poco.
Pero ello no detuvo a IVM de crear ese prototipo totalmente funcional, con un V8 de 4.2 litros, 300 caballos de fuerza, tracción quattro y transmisión Tiptronic de 5 velocidades.
Hoy en día, un coupé de cualquier marca o segmento es prácticamente un auto en peligro de extinción por la fiebre de los SUV, pero un Audi A8 Coupé, de haber sido fabricado, sería un posible motivo de culto entre los aficionados a la marca.
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