No hace falta que seas un experto en el tema para poder extender la vida de tu auto , pues en la mayoría de los casos esto se puede hacer con sencillas acciones que no tomarán más de 10 minutos.
Algunos consejos de esta lista no requieren gastar un solo peso, pero otros (como los servicios de mantenimiento) requerirán de que desembolses una ligera cantidad de dinero con tal de mantener a tu auto en buen estado .
Esto no solo te beneficia en saber que el vehículo que estás manejando será difícil que te deje tirado en el camino, sino que también podrá aumentar su valor de reventa en el mercado de autos seminuevos.
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10. No manejar con el testigo del aceite
No se trata de un ícono de “lampara mágica”, así que tener el testigo del aceite prendido no es buena indicación. Esta es una de las luces de advertencia que no puedes ignorar jamás , así que deberás de parar tan pronto como te sea posible y apagar el vehículo.
Checa los niveles del aceite de tu coche con la bayoneta, que usualmente está identificada con una agarradera de color amarillo o naranja. En caso de estar bajo, deberás de rellenar solo hasta la marca indicada.
9. Evitar dejar a tu coche sin combustible
Quedarse sin combustible en nuestro auto es una de las maneras más comunes en las que se puede lastimar todo el cuerpo de inyección y resultar en una reparación cara. Al tratar de bombear hasta la última gota de gasolina, los sedimentos que quedan en el tanque pueden tapar tanto la bomba de combustible como los inyectores.
No solo eso, en caso de entrar a la cámara de combustión generarán explosiones inconsistentes que pueden dañar hasta los pistones del auto. Siempre es recomendable cargar combustible cuando se encienda la luz de reserva.
8. No dejar que se extienda el óxido
Si vives en lugares donde la humedad es un tema diario, te recomendamos que cheques la parte baja de tu coche en búsqueda de cualquier pequeña marca de óxido , uno de los peores enemigos de los autos.
En caso de encontrar óxido, es importante que se lleve a un taller para ser reparado antes de que se extienda por todo el auto, especialmente en partes como debajo de los tapetes delanteros o contornos de la cajuela y puertas.
7. Mantenimientos al día
Todos los autos necesitan de un mantenimiento básico , que incluye cambios de filtros, bujías y aceite cada cierto tiempo. Todas las unidades son diferentes, así que el consejo a seguir es que cheques en el manual de usuario (o en internet) cuándo debes de realizar este cuidado a tu coche.
Al momento de revender tu coche, el tener este punto al día puede ser un factor decisivo para el posible comprador, además de que te puede servir como elemento para justificar un precio un poco más arriba del promedio.
6. Jamás ignores las manchas en el piso
¿Te estacionaste y al día siguiente encontraste pequeñas manchas en el piso ? Esto es algo que no debes de dejar pasar como si fuera nada, ya que indica que alguna manguera o componente del auto no está funcionando correctamente.
Las fugas más comunes son del sistema de enfriamiento (anticongelante) y de aceite, mismas que pueden ser reparadas por costos relativamente bajos . La fuga más peligrosa es la del líquido de frenos por obvias razones y no se recomienda mover el auto hasta no haber reparado este problema.
5. Levanta tu pie del clutch
Si tu auto cuenta con una transmisión manual, el error más común en muchos ocasiones es mantener nuestro pie izquierdo recargado en el pedal del clutch. Por más ligera que sea la presión que se ejerza en este elemento, los componentes mecánicos que realizan el cambio de embrague comienzan a “rozar” sin necesidad.
Para evitar esto, casi todos los autos disponibles en el mercado hoy en día cuentan con un “cuarto pedal” que funciona como un lugar para poder recargar tu pie izquierdo entre cambios de velocidad.
4. No llenes el deposito de anticongelante con agua
Al hacer esto, propicias que los metales por los que circula el agua se oxiden , trayendo problemas más costosos de repara a futuro que comprar un galón de anticongelante. En lugares con clima extremadamente frío, el agua puede congelarse dentro del cuerpo de enfriamiento, dejando el auto inutilizable.
En el manual de tu auto viene toda la información sobre el tipo de anticongelante que debes usar para mantener la temperatura correcta todo el tiempo en tu unidad.
3. Mídete con la modificaciones
Es un hecho que, en la mayoría de las ocasiones, un auto es una extensión de nuestra personalidad y queremos demostrarlo al mundo. Sin embargo, no es recomendable realizar modificaciones extremas ya que puedes afectar el funcionamiento del vehículo.
Ligeros cambios en sistemas de sonido o “aumentos ligeros de potencia” no hacen daño, pero modificar las puertas, cambiar el interior por completo o incluso pintarlo en un color muy llamativo son elementos que pueden tirar su valor de reventa considerablemente, además de anular por completo las garantías de los fabricantes.
2. No escatimes en refacciones
Lo barato muchas veces sale caro. Esa no es la excepción con tu auto ya que el utilizar refacciones baratas y de mala calidad pueden llegar a dañar componentes mecánicos o aminorar su vida útil. El ejemplo más común son las bujías, ya que son el elemento encargado de motivar la combustión al interior de la cámara. En caso de realizar explosiones disparejas, el movimiento disparejo del motor puede incluso afectar soportes.
Hay elementos importantes para tu seguridad, como el esquema de frenos, en el que jamás se recomienda optar por las opciones “más baratas” ya que sacrifican la calidad y nivel de funcionamiento en favor a un precio accesible que podría poner en riesgo tu vida .
1. Utiliza tu sentido común
No es necesario que compruebes si tu coche pasa por una inundación, o sacar a tu piloto de Fórmula 1 i nterior en vías públicas. Ya sea que manejes por pasión o necesidad, no te olvides de que tu coche es una maquinaría diseñada para ser utilizada con cierto cuidado y sentido común.
Siempre maneja con precaución y mantente alerta a tus alrededores, así como a cualquier indicativo que te de a entender que algo no anda bien en tu coche como ruidos fuertes, vibraciones extrañas, pérdida de potencia repentina o humo.