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Los planes del próximo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, para realizar deportaciones masivas de migrantes indocumentados e imponer aranceles, lejos de ser beneficiosos económicamente, provocarán más inflación, déficit, escasez de productos de consumo y de mano de obra.
Así lo advierten expertos y calificadoras, que señalan que al deportar trabajadores que suelen concentrarse en el sector agrícola las cosechas están en peligro y, con ello, la existencia de productos que los estadounidenses consumen a diario. La reducción de empleados también implica aumento de costos.
“La economía estadounidense necesita a los inmigrantes para funciones esenciales”, afirma el economista Jeffrey Sachs, quien califica de “desastroso económicamente” deshacerse de ellos.
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