Más Información
Sheinbaum se reúne con Lemus; “trabajar al estilo jalisco es en coordinación con la federación”, expresa gobernador
Marko Cortés difunde infografía a favor de denominar terroristas a cárteles; el “primer paso es reconocerlo”, dice
Activistas rechazan colocación de cámaras trampa para fauna en Tren Maya; piden retirar mallas metálicas que obstruyen su paso
Revés al INE, juez niega retirar suspensión definitiva a reforma judicial; da 48 horas para acatar sentencia
Una de las tendencias más importantes en la alta relojería en 2017 será la del intenso cortejo de marcas muy masculinas hacia el público femenino. Mostrarán bíceps y sacarán pecho, a la vez que dulcificarán su estilo para atraer a más mujeres con modelos adaptados a sus gustos y necesidades, sin sacrificar su esencia.
Es el caso de IWC Schaffhausen, que si bien siempre ha contado con piezas hechas especialmente para ellas, en los últimos años se había concentrado en producir relojes de tamaño grande y diseño poderoso con la mirada puesta en los hombres.
Así fue hasta que en 2014 presentó varios guardatiempos Portofino de 37 milímetros de diámetro... ¡con diamantes! Y en 2016 lanzó versiones de 36 milímetros de su Reloj de Aviador Automático perfectas —aunque no exclusivas— para las damas.
En el año que comienza, IWC ya adelantó dos de las novedades femeninas que dará a conocer en el Salón Internacional de la Alta Relojería (SIHH), a celebrarse del 16 al 20 de enero en Ginebra, Suiza. Ambas pertenecen a la colección Da Vinci, cuyo primer integrante fue un Calendario Perpetuo con caja redonda y mecanismo revolucionario que data de 1985.
El nombre Da Vinci alude a la idea de innovación y experimentación que se asocia con el genio del Renacimiento. Los guardatiempos creados para esta línea buscaban cumplir con esos objetivos. Por ejemplo, aquel Calendario Perpetuo de hace más de 30 años fue el primero en que todas las indicaciones podían ajustarse mediante la corona.
En 2007, los Da Vinci fueron rediseñados con caja en forma tonneau o tonel. Tanto los lanzamientos de 2017 incluidos en esta nota, como el resto de los Da Vinci que se desvelarán en las próximas semanas, vuelven a tener caja redonda.
Por supuesto, el Da Vinci Automático 36 y el Da Vinci Automático Fase de la Luna 36 tienen varias características en común. La más obvia es el tamaño de la caja, con 36 milímetros de diámetro. Pero también comparten la corona semicircular, el bisel de doble marco con juntura circundante, el círculo interior levantado sobre la esfera, los números arábigos y las manecillas lanceoladas.
Asimismo, IWC utiliza juntas de correa móviles con asas curvadas que permiten un mejor ajuste en la muñeca y una nueva hebilla de mariposa con tres láminas desplegables que facilita la colocación del reloj. Otro elemento importante presente en los dos modelos es el grabado en el reverso de la "Flor de la Vida", una figura geométrica estudiada por el genio italiano Leonardo de la que se derivan reglas matemáticas universales y conocimientos sobre las proporciones humanas.
El Da Vinci Automático 36 está equipado con un mecanismo con indicación de fecha, segundero central con dispositivo de parada y 42 horas de reserva de marcha. Estará disponible en tres versiones con caja de acero, una de ellas con 54 diamantes, y una versión con caja y pulsera de oro rojo, también con 54 diamantes.
Por su parte, el Da Vinci Automático Fase de la Luna 36 tiene tres referencias: una con caja de acero y correa de piel de aligátor de Santoni azul oscuro; otra con caja de acero, 54 diamantes y correa de piel de aligátor de Santoni marrón oscuro; y la última con caja de oro rojo y correa de piel de aligátor de Santoni color bronce.