Delaney Ruston, médico internista de San Francisco, California, madre de dos adolescentes y documentalista, no había logrado dar con el remedio para el cuadro que aquejaba a sus hijos. Tessa (12), absorta durante horas en su celular, estaba comenzando a dar señales de adicción a las redes sociales, y el tiempo que Chase (14) dedicaba a los videojuegos estaba volviéndolo cada vez menos sociable.

Paralizada y sin saber cómo abordar la situación, decidió investigar cámara en mano qué estaba pasando con esta generación de adolescentes y cómo controlar su uso excesivo o inadecuado de pantallas.

Así surgió "Screenagers: creciendo en un mundo digital", un documental que desde febrero pasado se exhibe en escuelas, empresas, parroquias y sinagogas de EU, una modalidad que promueve que después de ver la cinta se establezca un diálogo a nivel familiar y de comunidad.

Contrato familiar

En el documental, Ruston habla con neurocientíficos que han estudiado el impacto sobre el cerebro de una exposición excesiva a pantallas y recoge conmovedores testimonios de jóvenes que han sido víctimas de la adicción a videojuegos o el uso inadecuado de redes sociales. Pero también muestra cómo revirtió el problema en su casa y los trucos de algunos adolescentes para despegarse del celular. "Si salimos, todos ponemos el celular en la mesa y el que lo contesta tiene que pagar la cuenta", "cuando estudio pongo el teléfono en modo avión y así no recibo mensajes que me distraigan", dicen dos de ellos.

La respuesta al filme ha sido avasalladora. Las exhibiciones se multiplican en todo el país, mientras padres, madres y adolescentes envían mensajes a Ruston contando cómo lograron pasar del exceso de pantallas a recuperar espacios de vida social y comunicación cara a cara que habían perdido.

"Lo importante es que la película nos hace más conscientes de lo que está pasando en nuestras vidas y qué opciones tomamos a diario. ¿Queremos usar tanto las pantallas?, ¿queremos comportarnos de otra forma?, ¿cómo queremos relacionarnos con las personas alrededor nuestro?", dice a "El Mercurio" Delaney Ruston.

-¿Qué errores suelen cometer los padres cuando quieren que sus hijos limiten su uso de celulares o videojuegos?

"Uno que yo cometía era quitarles el celular y después sentirme culpable. Otro era establecer reglas sobre su uso sin involucrarlos. Y por eso mis reglas no funcionaban. Los niños pueden participar en el diseño de reglas que tengan sentido para toda la familia. Además, es bueno conversar sobre el tiempo dedicado a las pantallas antes de establecer límites. Eso ayuda a ser más consistentes en respetarlos".

-¿Cómo deben establecerse esas reglas?

"Un buen punto de partida es que todos en la familia hagan un inventario anotando cuánto tiempo pasan en distintas actividades frente a una pantalla. Una vez identificados sus hábitos, hablen sobre los aspectos positivos y negativos de su acceso a pantallas. Luego asegúrense de establecer reglas específicas y claras (cosas como 'no pasar tanto tiempo chateando' son demasiado vagas) y definan cuándo las pantallas deberían estar apagadas y cómo deberían usarse cuando están prendidas. Anoten sus normas en un contrato con el que estén todos de acuerdo y fírmenlo".

En el sitio screenagersmovie.com hay ejemplos de contratos y recomendaciones de aplicaciones para celular que pueden ayudar cumplir las reglas.

Algunos ejemplos de normas: "Nunca ignorar una llamada de mamá o papá"; "entregar el celular a papá o mamá a las 19:30 en días de semana y a las 21:00 los fines de semana. Se apagará y volverá a prender a las 7:30 am"; "el teléfono no va al colegio contigo. Conversa con las personas en vez de chatear"; "no escribas en las redes sociales nada que no dirías en persona"; "no envíes ni recibas fotos de partes íntimas de tu cuerpo ni el de otros".

En la familia de Ruston, por ejemplo, los dispositivos digitales están prohibidos a la hora de comida, tienen que estar fuera de los dormitorios durante la noche y no se usan en el auto.

Las cosas han cambiado para ellos: "Ahora estamos todos mucho más conscientes del rol que juegan las pantallas en nuestra vida y conversamos regularmente sobre esto, porque necesitamos recordatorios y las cosas van cambiando".

"Francamente -agrega Delaney-, si no nos tomáramos el tiempo de hablarlo, no estaríamos actuando en forma proactiva, sino reactiva... como cuando me frustraba con mis hijos pegados al celular y se los arrebataba".

 Efectos a nivel cerebralMédicos y neurocientíficos entrevistados en Screenagers describen experimentos con ratones jóvenes y niños pequeños que muestran que la exposición excesiva a pantallas afecta la memoria y el aprendizaje. Pedro Maldonado, investigador del Instituto de Neurociencia Biomédica (BNI), explica que "cualquier actividad que se practique en exceso tendrá un efecto negativo. Si son pantallas, habrá zonas del cerebro que no se están entrenando o actividades como moverse, dedicarse al ocio o conversar que no se desarrollarán adecuadamente". Afortunadamente, dice, "el cerebro es plástico, de manera que si el uso se modera , es posible adquirir o recuperar habilidades perdidas".

AplicacionesAlgunas apps que ayudan a controlar el tiempo y situaciones en que los hijos se conectan a teléfonos y tabletas: Screen Time, FamilyTime, Net Nanny, Curbi. Para tomar conciencia de cuánto se usa el celular: BreakFree y Checky.

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