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Homicidio, tráfico de drogas o violación de menores. Estos son algunos de los delitos cometidos por 23 personas nacidas en Estados Unidos que huyeron de la justicia en alguno de los 50 estados de la Unión Americana y que podrían estar escondidas en México, de acuerdo con los registros oficiales del Buró Federal de Investigaciones de EU (FBI).
El FBI cuenta con un listado de 246 fugitivos de todas las nacionalidades. Los crímenes por los que son buscados van desde agresiones contra niños, asesinato y tráfico de personas hasta delitos de cuello blanco. La agencia de seguridad tiene identificado que 10% de estos delincuentes tienen altas probabilidades de estar en territorio mexicano. En 10 de las fichas de estos “bad hombres” incluso se ofrecen recompensas que van desde los 5 hasta los 20 mil dólares por cualquier información que ayude a su captura.
California es donde se cometieron la mayoría de estos delitos. En este estado se tiene el registro de ocho fugitivos. Sus crímenes fueron homicidio, ataque sexual y conducta sexual delictiva con un menor. Uno de los casos más graves fue el de Steven Eugene Clifford, acusado de violar a 11 de sus pacientes, incluyendo una menor de edad, entre 1998 y 2001, cuando ejercía como cirujano plástico. Las autoridades estadounidenses tienen identificado que inicialmente huyó hacia Baja California, México. El gobierno de EU ofrece una recompensa de 10 mil dólares por cualquier información.
Otro de los presuntos delincuentes que se cree pudo buscar refugio en México es Jacob Maldonado, de Chicago, Illinois, quien al parecer está involucrado en el homicidio de un hombre en mayo de 2000. En la parte final de su ficha criminal se lee “Should be considered armed and dangerous” (Se debe considerar armado y peligroso). El FBI asume podría estar en Puerto Vallarta, México. Las autoridades ofrecen 5 mil dólares por cualquier dato sobre su paradero.
Glen Stewart Godwin es el otro de los “bad hombres” de esta lista. De 66 años, se le busca por un homicidio cometido en Guadalajara y otro en California, así como dos fugas de penales, uno en cada lado de la frontera.
El FBI ofrece 20 mil dólares por cualquier pista que lleve a su localización. Este estadounidense nacido en Florida obtiene recursos de la venta de la droga y viaja por México, Centroamérica y Sudamérica, de acuerdo con la información de la agencia de seguridad.
Además, tiene un dominio fluido del español, por lo que no se le dificultaría establecerse ahí.
Uno de los más recientes es Alejandro Castillo, de 27 años, y originario de Arizona, quien fue acusado en agosto de 2016 del homicidio de una compañera de trabajo en Carolina del Norte. Después de que el cuerpo de la mujer fue descubierto, se supo que Castillo había huido hacia México, según los datos del FBI.
Gringos incumplen normas. El gobierno mexicano no registra con exactitud las razones de la repatriación de ciudadanos estadounidenses a su país, pero la Unidad de Política Migratoria del Instituto Nacional de Migración registró que en 2016 fueron repatriados 2 mil 149 norteamericanos. Siete de cada 10, es decir mil 683, fueron deportados. Esto representa que más de mil estadounidenses violaron alguna de las normas establecidas en la Ley de Migración, desde estar en el país con papeles ilegales hasta tener un procedimiento penal abierto en su contra.
Aunque EU ocupó en 2016 la cuarta posición en número de ciudadanos que son devueltos a su país de origen, su lugar cambia al momento de buscar la cifra de deportaciones. En ese apartado es el primer lugar. En promedio, cada semana fueron deportados 35 estadounidenses.
En 2011 el número de deportaciones en general fue de 7 mil 933 ciudadanos. Un 53%, es decir 4 mil 202, eran de Guatemala. En ese entonces EU apenas representaba 6% de estos datos, con 459 deportaciones.
Cinco años después (2016) estos números se fueron a la inversa. La cifra de deportados bajó hasta los 3 mil 957 registros, pero esta vez 43%, es decir mil 683, eran estadounidenses.
En los últimos seis años, siete de cada 10 ciudadanos estadounidenses que fueron devueltos a Estados Unidos fue por la vía de la deportación. Es decir, el gobierno mexicano los consideró ciudadanos que ponían en riesgo la seguridad del país.
Escondite de pederastas. En los primeros 15 días de febrero de 2017, el estadounidense Timothy Paul Hitchcock fue detenido en la Ciudad de México después de que fue acusado de agredir sexualmente a un menor de edad, hijo de una funcionaria de la embajada de EU, en una escuela privada en Lomas de Chapultepec. Se sabe que en 2009 Hitchcock fue detenido en Florida y sentenciado a 10 años de prisión por delitos sexuales. Salió bajo fianza con la condición de someterse a tratamiento y acudir ante las autoridades.
Sin embargo, ignoró el trato y cruzó la frontera por Tijuana. Se ocultó un tiempo en Puebla y después llegó a la capital, en donde comenzó a trabajar como maestro en el colegio Westhill Institute Kinder, bajo el nombre de Tim Andrews. Todos sus documentos eran falsos.
Este no es el primer caso. El 2 de septiembre de 2004, Thomas Emil Sliwinski, de 62 años, huyó de Estados Unidos después de que abusó de tres de sus hijastros en Montana y sustrajo a dos de ellos, por lo que enfrentaba cargos por delitos sexuales y secuestro. Su refugio fue un poblado de Vicente Guerrero, en Baja California. Ahí fue detenido en 2015.