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Los Criterios Generales de Política Económica (CGPE) 2018 presentados por la Secretaria de Hacienda y Crédito Público (SHCP) están diseñados con base en un escenario optimista y bajo la consideración de dos supuestos heroicos; eufemismo utilizado para aludir a condiciones que difícilmente se cumplirán en la realidad.
Uno de estos supuestos es que la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) transcurrirá sin mayores complicaciones, más allá de alguno que otro sobre salto temporal, por lo que no se afectará la forma en que se han venido haciendo las inversiones y el comercio exterior, es decir, que se logra una “modernización exitosa” como desearía el gobierno mexicano y que concluirá antes de que finalice el año.
Aunque se reconoce de manera expresa el riesgo de que una de las partes abandone las negociaciones, se minimiza el daño considerando que México se acogería al trato de Nación Más Favorecida en el marco de los acuerdos de la Organización Mundial del Comercio (OMC), por lo que 60% de nuestro comercio tendría aranceles de 2.2% para las importaciones y 1.3% a las exportaciones, y que en el resto la afectación sería en 83% de los casos no mayor a un arancel de 6.6%.
El otro supuesto no se menciona, pero está implícito o tácitamente y se refiere a que el proceso electoral del próximo año transcurra sin complicaciones, que no genere volatilidad cambiaria ni incertidumbre entre los inversionistas por el cambio de administración, sobre todo cuando en la memoria colectiva están todavía muy presentes las crisis de fin de sexenio.
Para documentar su optimismo, la SHCP recuerda que las expectativas de los especialistas del sector privado y del Fondo Monetario Internacional (FMI) sobre el crecimiento del PIB de 2017 se revisaron a la alza, pero en este último caso no podemos echar la campanas al vuelo si la estimación pasó de 1.7% a 1.9% y cuando de todos modos indica un menor crecimiento respecto a lo observado en 2016 (2.3%). No está de más señalar que coincido con el cálculo del FMI.
La SHCP enfatiza que los resultados económicos del primer semestre de 2017 estuvieron por arriba de lo esperado, pero de nueva cuenta un 2.3% de crecimiento anual en el periodo no es para vanagloriarse y mucho menos cuando los indicadores de coyuntura como las ventas de la ANTAD, de automóviles, de las importaciones de los últimos meses, entre otros, ya dan señales claras de desaceleración económica.
Donde la SHCP es más “papista que el Papa”, es en su estimación de inflación en tasa anual para diciembre de 2017, al calcular que será de 5.8%, cuando en tasa anual el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) acaba de informar que en agosto fue de 6.66% y el Banco de México (Banxico) en su informe trimestral reconoce que será de 6%.
Para 2018, replica el escenario optimista de Banxico. Proyecta que a finales del año la inflación será de 3% respaldado en un tipo de cambio en promedio de 18.1 pesos por dólar, incluso más bajo que el estimado en 2017 (18.7) y que las tasas de interés de los Cetes a 28 días será en promedio y a fin de periodo de 7.0%, pero sin afectar el crecimiento del PIB (2.5%), a pesar de que se reconoce que la Reserva Federal y otros bancos centrales tendrán una política monetaria más restrictiva.
Este gobierno se ha caracterizado por manejar un mensaje de que todos los riesgos vienen del exterior. Los CGPE no podían ser la excepción: amenazas proteccionistas de Estados Unidos (EU), conflictos geopolíticos entre Corea del Norte y EU, en Medio Oriente, etcétera, pero nunca ocurren internamente, como la inseguridad, delincuencia, protestas sociales, conflictos políticos, gobernabilidad, corrupción, falta de transparencia, Estado de derecho, desigualdad, pobreza u otros, entre los que no faltan los desastres naturales que golpean más a los pobres. Es como si se creyera que estos no existen o que al invocarlos harán que aparezcan
A pesar de todo, los CGPE siguen siendo un documento de utilidad. De repente se les escapan algunas revelaciones interesantes. Por ejemplo, que la reducción del porcentaje de la deuda sobre el PIB se debió más a la apreciación del tipo de cambio y al Remanente de Operación de Banxico; que la caída de la inversión pública obedece a “la adopción de alternativas de financiamiento, como las Asociaciones Público Privadas (APP)”, aunque nunca nos explican de cuánto será el costo de estos pasivos contingentes, para lo que requeriríamos de transparencia y de un buen cálculo actuarial; o que se planea reducir las tarifas de energía eléctrica con mayores subsidios, lo que ayudará reducir la inflación.
También, para evidenciar como los datos duros contradicen el discurso: “priorizaremos el gasto social, de educación y de salud”, pero constatar que las reducciones reales de esos rubros dicen lo contrario.
Finalmente, una reflexión: los CGPE tienen una fuerte deficiencia metodológica al hacer el comparativo con el presupuesto aprobado del año en curso y no con el realmente ejercido en éste y los anteriores, por lo que todo el tiempo nos hablan de recortes virtuales que en realidad nunca existieron.
Catedrático de la EST-IPN.
pabloail@yahoo.com.mx