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La crisis resultante del referéndum sobre la independencia del Kurdistán iraquí sigue siendo el mayor acontecimiento de la región, generando nuevas reacciones y alineamientos políticos entre sus capitales. Es otro problema a tratar para las poblaciones y los dirigentes del atormentado Levante. El presidente del Kurdistán iraquí, Massoud Barazani, todavía sosteniendo a los resultados del 25 de septiembre, envía algunas señales conciliatorias a Bagdad y a los vecinos preocupados que insisten en considerar el referéndum y sus resultados como nulos. Él está apostando por debilitar la oposición y la determinación del gobierno federal con el tiempo.
Mientras tanto, viejos y nuevos enemigos ponen de manifiesto las diferencias entre los kurdos; lo acusan de tomar una decisión unilateral y causar una crisis difícil para su pueblo con todos sus vecinos, y culpan a su política por todos los males sufridos por los kurdos durante 25 años de su gobierno.
El gobierno iraquí envió a sus militares para realizar ejercicios conjuntos con las fuerzas iraníes y también con unidades turcas cerca de la frontera con el Kurdistán iraquí. Prohibió todos los vuelos a los aeropuertos kurdos de Irbil y Suleimaniah.
Bagdad quiere tener presencia en los cruces fronterizos y el primer ministro iraquí Haidar Abadi propuso una administración compartida para Kirkuk y las áreas en disputa entre su gobierno y los kurdos, donde Bagdad tendría la autoridad suprema. El martes, el banco central iraquí informó a los cuatro principales bancos kurdos que cesará todas sus operaciones con ellos.
Aunque continúan las amenazas de Ankara y Teherán, ambos países son más cautelosos en la implementación de medidas duras. No quieren alejar a kurdos que viven en sus fronteras, y tienen intereses económicos que preservar. El presidente turco Recep Tayyip Erdogan, quien consideraba la independencia del Kurdistán iraquí como un asunto interno, revirtió su posición después de los significativos logros de los kurdos sirios y de que vio a una entidad independiente kurda desde la frontera iraní, en el este, hasta el Mediterráneo en el oeste, justo a lo largo de del sur de la frontera turca.
Con referencia al oleoducto Kirkuk-Ceyhan, utilizado para exportar 550 mil barriles de petróleo crudo por día, Erdogan preguntó: “... Si lo cerramos, veamos qué hará el norte de Irak con su petróleo. ¿A través de qué canal fluirá su petróleo?” Sin embargo, hasta ahora, sólo se prohibió a los aviones turcos volar a los aeropuertos kurdos.
Irán se limitó a prohibir los vuelos e imponer sanciones sobre el combustible, además de realizar los ejercicios militares con Irak. Todavía son medidas a medias y Teherán está consciente de los vínculos sentimentales y nacionalistas entre los kurdos que viven en Irán y sus vecinos al otro lado de la frontera.. La tensión con Washington también está detrás de su política suave en este asunto. A pesar de la retórica, considera su larga historia de sospechas y rivalidad con Turquía.
La implicación rusa en la región, a nivel político, militar y económico, está calmando los ánimos en la tormenta actual. El Ministerio de Relaciones Exteriores de Moscú emitió un comunicado que defiende la unidad iraquí, pero también reconoce el valor de las “aspiraciones nacionales” kurdas y pide un diálogo entre ambas partes. Rusia ha invertido 4 mil millones de dólares en la industria del petróleo y del gas natural del Kurdistán iraquí en los últimos 12 meses y este podría ser un factor a considerar para quienes toman las decisiones en Ankara.
La independencia kurda no es inminente y algunos informes aluden a un plan de Estados Unidos para desplegar a funcionarios de aduanas iraquíes a lo largo de las respectivas fronteras de Turquía e Irán con el Kurdistán iraquí, de manera pacífica, para reducir la tensión y el asedio económico, en lo que se encuentra una solución temporal. Los problemas en la región nunca se solucionaron por medio de la guerra y todas las partes están tratando de evitarla hasta el momento. Lo que comenzó como un referéndum no vinculante sobre la independencia podría convertirse en algo mucho más grande de lo que Barazani o sus detractores pensaron…
El autor fue embajador de Líbano en México entre 1999 y 2011 nouhad47@yahoo.com