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Enamorada de la cirugía de corazón y orgullosa por realizar un trasplante de este órgano en México, María del Sol García Ortegón, adscrita al Servicio de Cirugía Cardiovascular del Centro Médico Nacional 20 de Noviembre del ISSSTE, destaca la importancia que tiene su profesión para salvar vidas, que fue su objetivo desde niña.
En entrevista con EL UNIVERSAL, María del Sol, quien tomó la decisión de ser médico desde niña, recuerda que a los tres años sus padres le regalaron un kit de auscultación, y a los nueve pidió a Los Reyes Magos un microscopio.
“Mi hermano y yo nos peleábamos por ver quién se picaba el dedo para conocer los glóbulos rojos, así es como por primea vez los vi en mi microscopio, que era estereoscópico de sol”.
Entonces supo que su vocación era salvar vidas: “La satisfacción más grande es ver al paciente salir en buenas condiciones. Siempre se los digo, mi mejor regalo es verlos en consulta, quitarles puntos, ver que están bien después de haberlos operado”.
María del Sol estudió en la Universidad Autónoma del Estado de Morelos. Al concluir la licenciatura se trasladó a la Ciudad de México para hacer cirugía general en la Cruz Roja Central, en Polanco; ahí se inclinó por la cirugía de corazón.
No recuerda cuándo vio un corazón por primera vez, pero sospecha que lo hizo cuando era estudiante, al presenciar una cirugía de trauma. Esas experiencias como alumna, comenta, son muy emocionantes.
“Quizá fue en una cirugía de trauma, en una lesión cardiaca por arma blanca, un paciente muy grave que tenía la típica foto amarillista del cuchillo ahí moviéndose. Esos son los primeros contactos que tuve, aún no sabía que iba a ser cirujano de corazón”.
Como cirujano, menciona que es muy fácil ver ese órgano: “Desde que entras como médico residente ves muchas operaciones de trauma de corazón. En mi formación como cirujana general en la Cruz Roja asistí a pacientes con balazos, proyectiles con arma de fuego, personas que fueron atacadas con arma blanca, otras más atropelladas, por accidentes automovilísticos, y es tan rápido este proceso que no tengo definido cuándo empecé a ver el corazón, pero lo más seguro es que fue de un paciente de Urgencias”.
“El corazón es alegría”. El día en que María del Sol vio una intervención de corazón en una rotación, siendo cirujano general en el Instituto Nacional de Pediatría, optó por especializarse. Aunado a esto, comenta que en la Cruz Roja, que es un hospital donde todo el tiempo se hacen operaciones de trauma, atendía en su mayoría lesiones cardiacas, y el manejo de Urgencias por lesiones torácicas.
“Siempre fue algo que me apasionó, me hice profesora del área de Cirugía Torácica en la Cruz Roja, para el cuerpo paramédico, y pensé que podía hacerlo mejor si me especializaba en cirugía de corazón. Ahí tomé la decisión y apliqué a este hospital [CMN 20 de Noviembre], para quedarme a hacer cirugía de corazón, y actualmente sigo aquí. Para mí la palabra corazón es igual a alegría”, comenta.
La mujer de 45 años destaca el papel de su familia en todas las decisiones que ha tomado en su vida.
Trasplante histórico. El 21 de julio de 1988 se realizó en México y América Latina el primer trasplante de corazón en el Centro Médico Nacional La Raza, del IMSS. Rubén Argüero Sánchez se encargó de darle una nueva vida a José Fernando Tafoya Chávez, de 45 años.
A casi 29 años, la hazaña se repite, pero esta ocasión fue una mujer quien realizó la intervención. Además, María del Sol es la primera médico certificada para practicar una intervención robótica cardiovascular en el país y en América Latina.
“Siento orgullo y emoción de poder transmitirle a las jóvenes mujeres médicos que pueden evolucionar en el campo de las subespecialidades, en el de la cirugía y específicamente en el campo de subespecialidades quirúrgicas. Tengo muchas amigas que son oncólogas quirúrgicas, neurocirujanas, urólogas, creo que podemos seguir adelante en cada una de las especialidades y sobresalir”, comenta.
Recuerda que el 11 de julio el Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía se comunicó al CMN 20 de Noviembre para avisar que había un donador con las mismas características que Enedina, quien sufría una insuficiencia cardiaca terminal.
“Entramos a quirófano por ahí de las 11 de la noche, todo el proceso se desarrolló de forma idónea, terminamos a las tres de la mañana. Ahora estamos en espera de los últimos exámenes que indiquen que Enedina se puede ir a casa”.
Entre las más de mil cirugías de corazón que ha realizado María del Sol, elige dos para rememorar. Se trata de dos adolescentes que luego de haber luchado contra la leucemia tuvieron problemas con su corazón.
“Me emociona mucho saber que hicimos trasplante en dos chicos muy jóvenes, en una niña de 13 años y un chico de 16, que ellos además de haber luchado con su problema cardiaco antes pelearon con el cáncer, porque los dos tenían leucemia y los quimioterápicos que se usan lesionan el corazón. Son grandes guerreros, porque después de haber sobrevivido al cáncer soportaron un trasplante de corazón. Es maravilloso ver su evolución”.