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“Me voy a ir como arzobispo el día que el Papa me lo diga. Él fue quien me nombró arzobispo de México, y el día que me diga que ya llega otro en mi lugar, ese día me voy muy contento y muy alegre”, expresó el cardenal Norberto Rivera Carrera durante la homilía dominical.
Al presidir la misa en la Catedral Metropolitana, el prelado habló sobre su renuncia, dijo que hasta que el papa Francisco decida cuándo se tiene que ir, lo hará, y exhortó a los feligreses a seguir acudiendo todos los domingos a misa de 12.
Previo a que Norberto Rivera diera su mensaje religioso, un hombre que vestía una playera blanca saltó al pasillo central y gritó algo que no se entendió, por este motivo, personal del servicio del altar bajó, lo abrazó y lo acompañó a la salida del recinto.
Autoridades de la Catedral indicaron que el hombre tenía entre 30 y 35 años y que antes de que lo dejaran afuera de las rejas de la Catedral metropolitana, dijo ser vecino de la delegación Coyoacán.
Después de ese hecho, el cardenal Norberto Rivera fue felicitado por uno de los ministros que participaron en la ceremonia eucarística, quien con el uso del micrófono se refirió a su cumpleaños 75 que será el próximo martes.
Rivera Carrera dijo que cuando los sacerdotes y los obispos llegan a esta edad, deben presentar su renuncia; sin embargo, señaló que a él le faltaban aún dos días para celebrar su cumpleaños.
El pasado viernes, Hugo Valdemar, vocero de la Arquidiócesis de México, dijo a EL UNIVERSAL que Jorge Bergoglio tenía la renuncia de Rivera Carrera en su escritorio.
“El señor cardenal presentó su renuncia al Papa, la tiene en su escritorio, es cuestión de que el Santo Padre vea cuándo acepta, si lo dejan más tiempo. El cardenal se encuentra muy bien de salud.
“Ya lo decidirá el Santo Padre, no hay que olvidar que a algunos los deja unos meses, medio año, un año, tres años, hasta cuatro años como dejó al cardenal Juan Sandoval Íñiguez”.
Según el Código de Derecho Canónico, se norma la renuncia de los obispos cuando hayan cumplido 75 años.
La Arquidiócesis de México enfatizó a través de un comunicado que la renuncia de un obispo no tiene el mismo carácter de aquella que se realiza en el ámbito político o civil, debido a que se hace efectiva hasta el momento en que el Papa la acepta públicamente.
“El Santo Padre, con toda libertad y sin sufrir ningún tipo de presión, decidirá cuando lo vea oportuno, la aceptación de la renuncia, así como el nombramiento del nuevo Arzobispo de México. Esta decisión puede tardar días, meses o años”.
El texto menciona que tomando en cuenta que el arzobispo Rivera Carrera pertenece al Colegio Cardenalicio, seguirá teniendo derecho a participar en un eventual cónclave hasta que cumpla los 80 años.
Sobre la denuncia presentada el pasado 2 de junio por los sacerdotes José Barba y Alberto Athié, por presunto encubrimiento de pederastia, la Arquidiócesis señala en el comunicado que una vez notificado el cardenal, dará una respuesta, como siempre lo ha hecho ante la justicia civil.
“El arzobispo de México es respetuoso de las leyes civiles, siempre ha respondido a ellas, no es la primera vez que es demandado. Sin embargo, en ningún caso le han podido fincar responsabilidades penales, por el simple hecho de que no ha cometido las faltas que le imputan”.
En la misa celebrada en la Catedral Metropolitana, Norberto Rivera Carrera pidió orar por las autoridades a nivel Ejecutivo, Legislativo y Judicial, federales y locales, “para que por medio del don de consejo puedan oír la voz de Dios en las situaciones difíciles de la vida, encuentren la sabia decisión y pronuncien la palabra justa para obrar rectamente en sus actos de gobierno”.
Se pidió por los empresarios y quienes tienen poder económico para que, por medio de su don, perfeccionen el ejercicio de la caridad en favor de sus empleados.
En su discurso, el prelado indicó que los seres humanos necesitamos la paz del resucitado para ser renovados continuamente, enfatizó en la necesidad de perdonar y ser perdonados.
Dijo que en cada familia se debe invocar al espíritu de Dios, para permanecer en unidad y armonía.
“Cada uno en la familia es distinto y vemos cómo en algunas ocasiones es el adolescente el que huye, otras veces el papá, a veces la mamá dice que ya no puede más, por eso necesita la familia invocar continuamente el espíritu de Dios, solo él hace que pueda permanecer en la unidad”.