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Hacer conciencia sobre las necesidades que tienen los pacientes con esclerosis múltiple es fundamental para comprender el camino que siguen estas personas, aseguró Irene Treviño Frenk, neuróloga del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán (INCMNSZ).
Esta enfermedad afecta aproximadamente a 20 mil personas de entre 20 y 35 años en todo el país, lo síntomas más comunes son hormigueo, falta de sensibilidad, dificultad de equilibrio, temblor involuntario, rigidez y espasticidad (músculos tensos y rígidos), detalló Verónica Rivas Alonso coordinadora de la Clínica de Esclerosis Múltiple y Enfermedades Desmielizantes del Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía.
El próximo 31 de mayo se conmemora el Día Mundial de la Esclerosis Múltiple (EM). Las especialistas en neurología indicaron que esta afección es crónica, inflamatoria, que afecta la mielina, capa protectora de los nervios, en la cual el sistema inmunitario se activa y ataca el sistema nervioso central.
Esto ocasiona anomalías en múltiples funciones neurológicas, como son problemas de coordinación del equilibro, debilidad, disminución de la visión o visión doble, sensación de adormecimiento, hormigueo o pinchazos en brazos o piernas, y en algunas veces alteración de la concentración y la memoria.
La mielina rodea y protege las fibras nerviosas del cerebro y la médula espinal de la misma forma que la tela de aislar cubre los cables eléctricos. Cuando alguna parte de este recubrimiento de mielina o aislante se destruye, los impulsos nerviosos al cerebro se interrumpen y se distorsionan.
Los pacientes con esta sintomatología acuden al médico general, lo que retrasa el diagnóstico, por ello se aconseja acudir con un neurólogo para recibir una valoración y tratamiento adecuados.
“Del total de pacientes identificados con EM, al menos 85% presentará esclerosis múltiple remitente recurrente, de allí la importancia de acudir con un neurólogo ante la primera sospecha, quien se basará en la historia clínica del paciente, en una exploración física e imágenes por resonancia magnética (IRM), entre otros, que le ayudarán a determinar el tratamiento ideal para cada paciente”, aseguró Irene Treviño.
Se desconoce la causa precisa de la enfermedad, en la que influyen factores genéticos y del ambiente.
Hay diversos tratamientos que disminuyen la actividad de la esclerosis múltiple y el riesgo de que esta evolucione hacia la discapacidad. Todos ellos en mayor o menor medida modifican la respuesta del sistema inmune y tienen distintas probabilidades de lograr control de la enfermedad o de provocar efectos adversos.
Con el tratamiento modificador de la enfermedad se busca disminuir la probabilidad de que la EM progrese y disminuir la progresión de la discapacidad, con lo cual se espera lograr un impacto en la calidad de vida de las personas que viven con la afección crónico-degenerativa.