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La Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA) en coordinación con la Secretaría de Marina (SEMAR), aseguraron una red tipo chinchorro donde se encontraban enmallados cuatro ejemplares de totoaba muertos, dentro del Área de Refugio para la Protección a la vaquita marina, en el Alto Golfo de Baja California, informó la Marina en un comunicado conjunto.
La red, de casi 250 metros de longitud y 10 pulgadas de luz de malla, fue detectada y levantada por la embarcación científica de la organización SEA SHEPHERD, la madrugada de este jueves, como parte de las acciones de vigilancia y protección que realizan con la PROFEPA y la SEMAR.
Los hechos ocurrieron a 25 kilómetros al norte de San Felipe, Baja California.
A pesar de la vigilancia permanente en la Reserva de la Biósfera Alto Golfo de California y Delta del Río Colorado, del programa de compensación económica para los pescadores y de la advertencia “cero tolerancia” para evitar el tráfico ilegal de especies marinas en peligro de extinción, los traficantes siguen pescando.
De acuerdo con una investigación de EL UNIVERSAL, de enero de 2016 a la fecha, las autoridades federales aseguraron al menos 21 embarcaciones en 10 operativos, localizaron redes de hasta mil 500 metros de largo y descubrieron que fueron atrapadas tortugas caguama, delfines, tiburones, “almejas generosas”, totoabas, “camarón café” y una ballena, revela la información de la Semar y la Profepa.
En estos operativos, una Vaquita Marina muerta fue localizada flotando a unos 12 kilómetros de San Felipe, el 6 de marzo del año pasado.
Este jueves, añadió la Armada en su comunicado, tras el avistamiento de citada red, la Capitán de citado buque reportó a la Delegación Federal de la PROFEPA en la entidad, la presencia de una extensa red “totoabera” que se encontraba abandonada en aguas del Alto Golfo de California.
Elementos de la PROFEPA, de la Marina y la Gendarmería Nacional, a bordo de una patrulla interceptora de la Semar, se trasladaron al sitio y al extraer la red se encontraron cuatro totoabas en avanzado estado de descomposición.
En promedio median un metro de longitud y con un peso aproximado de 35 kilogramos, por lo que una vez en tierra firme se procedió a la destrucción inmediata del producto, y no se reportó la detención de alguna persona.
