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Hace varios años murió Iván, su hijo, en un accidente automovilístico cuando tenía 18 años, su recuerdo la llevo a trabajar por los demás y ayer -después de 13 años de trabajo altruista- vestida de tehuana, con falda bordada a mano y huipil con hilos de oro, Diana Ramos López entró orgullosa a Los Pinos para ser reconocida por el Presidente de la República.
Se dice orgullosa de ser istmeña, oaxaqueña y mexicana. Dueña de las tiendas "La Sevillana", ha dedicado su fortuna para acciones altruistas, desde apoyo a niñas y niños de escasos recursos, hasta organización de eventos deportivos y el mantenimiento de la fundación “Iván Varo Ramos AC” en Tehuantepec.
Diana recibió ayer de manos del presidente Enrique Peña Nieto, al igual que otros ocho galardonados, el Premio Nacional de Acción Voluntaria y Solidaria 2016.
A esta empresaria le dieron el premio “por su ayuda social a niñas y niños en alimentación, a adultos con apoyos en gastos médicos y bienestar social y a la comunidad del Itsmo de Tehuantepec con apoyos en especie y donaciones económicas”, de acuerdo con la Presidencia de la República.
Hija de padres de Sonora y Coahuila pero nacida en Salina Cruz, Oaxaca, camina con el faldón negro y blanco, bordado a mano con hilos de colores, y su huipil beige con hilos de oro y plata, lleva el traje de gala, el que usan en el Itsmo en ocasiones muy especiales. Sonríe cuando el Presidente le agradece y felicita.
El evento termina y ella se queda en el Salón Adolfo López Mateos, todo mundo se quiere sacar una fotografía con esta mujer. Cuando se le acercan y le preguntan por qué ayuda a la gente, voltea y señala con la mirada un par de fotos que están en la mampara que sirvió de escenario para la premiación.
Entre esas imágenes hay dos que llama a la atención, una donde está ella mirando a los ojos a una niña y otra que es la fachada de la casa hogar que lleva el nombre de su hijo Iván. “Basta una mirada para que escuche el corazón”, dice a botepronto.
Narra que su trabajo altruista ya cumplió 13 años. “Comenzamos a trabajar para los niños de la calle, pero la fundación no sólo es para los niños, es para todas las personas que necesitan el apoyo en la parte del deporte, en la salud, en lo ecológico, lo apoyamos porque tenemos esa responsabilidad social”.
Comenta que en su sede, donde atienden a niños en situación vulnerable, sirven diario 40 desayunos, a quienes se les atiende en la elaboración de tareas y actividades deportivas. “Trabajamos en su incorporación a la sociedad”, presume Diana.
Sostiene que esta decisión de apoyar a los más vulnerables fue porque tiene la responsabilidad y los valores de sus padres que, subraya, le inculcaron el amor a los demás.
Comenta, sin dar detalles, que esta labor la inicia después de que fallece su hijo Iván a la edad de 18 años, “pasa el tiempo de duelo y posteriormente se decide que se va a hacer algo por todos los demás a parte de lo que ya venimos haciendo. Esta idea surge inspirada en él, porque a él le encantaban los niños, participaba mucho dando por los valores que se le inculcaron”.
Comenta que su labor se financia a partir de la empresa “La Sevillana”, que tiene 27 años operando en la venta de dulces y abarrotes principalmente, “de ahí sale para todo, de ahí en fuera no tenemos ningún apoyo, pero decimos que con la suma de voluntades se puede lograr un cambio”. Responde con una sonrisa cuando se le pregunta a cuánta gente ha apoyado.
- ¿Por qué venir vestida de tehuana a Los Pinos?
- Amamos nuestra tierra y debemos sentir orgullosos de lo que somos.