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justiciaysociedad@eluniversal.com.mx
Alrededor de 45% de las personas con obesidad no ha recibido un diagnóstico formal y aunque 65% de quienes tienen este padecimiento lo consideran como una enfermedad, 36% no buscaron el apoyo de su profesional de la salud para bajar de peso, indica el estudio Conciencia, Atención y Tratamiento en el Control de la Obesidad (ACTION, por sus siglas en inglés).
Al hablar sobre el estudio, Lee Kaplan, director del Instituto de Obesidad, Metabolismo y Nutrición del Centro de Control del Peso del Hospital General de Massachusetts, indicó que aunque la investigación fue realizada con población nacional de Estados Unidos, aplica para todos los países con problemas de obesidad —como México— porque se trata de una enfermedad crónica presente en todo el mundo.
Explicó que ACTION es el primer estudio realizado a nivel nacional que investiga las barreras para el control eficaz desde la perspectiva de personas en esa condición, de profesionales de la salud y de empleadores de Estados Unidos; dijo que fue diseñado con el fin de producir información para mejorar la atención, educación y apoyo para este padecimiento.
Lee Kaplan explicó que “la obesidad es una enfermedad que requiere un control a largo plazo. Está asociada con muchas consecuencias serias para la salud y con una disminución de la esperanza de vida. Las comorbilidades relacionadas con esta incluyen diabetes tipo 2, enfermedad cardiaca, apnea obstructiva del sueño y ciertos tipos de cáncer.
“Se trata de una enfermedad compleja y con muchos factores en la que influyen los factores fisiológicos, sicológicos, ambientales, socioeconómicos y genéticos”.
Según la Academia Nacional de Medicina en México, “la evidencia directa demuestra que los factores que incrementan el riesgo de sobrepeso y obesidad son la inactividad física y el sedentarismo, el consumo de alimentos con alta densidad energética y la ingesta de bebidas azucaradas, el gran tamaño de las porciones, los alimentos con alto índice glicémico, así como la elevada frecuencia en la ingestión de alimentos que se consumen entre comidas, los cuales son factores globales”.
Entre los principales hallazgos del estudio ACTION, realizado por la farmacéutica Novo Nordisk en colaboración con representantes de la Asociación para el Estudio de la Obesidad de Estados Unidos, se encuentran que 65% de las personas con esa característica la perciben como una enfermedad; sin embargo, 82% considera que la pérdida de peso es “completamente” su responsabilidad.
Aunque 73% de las personas consultadas con obesidad dijeron que habían hablado del peso con un especialista, 36% indicó que no siguió con el apoyo de un profesional de la salud para bajar de peso.
Kaplan expuso que otra barrera señalada es el diálogo poco constante entre el médico y el paciente sobre el control del peso.
Aunque 72% de los profesionales de la salud creían que tenían “una responsabilidad de contribuir activamente” a los esfuerzos de pérdida de peso de los pacientes, sólo 55% de las personas en esa condición informó que recibió un diagnóstico de obesidad de un profesional.
Mientras que 16% de las personas con sobrepeso informó haber tenido una cita de seguimiento después de las conversaciones iniciales sobre el control de la obesidad; los profesionales de la salud decían que se sentían “cómodos” al tener estas conversaciones sobre el control del padecimiento, pero a menudo se reducía el nivel de prioridad de los pacientes debido al tiempo limitado.
El estudio evidenció que, a pesar de los varios intentos “serios” de pérdida de peso, sólo 23% de las personas informó tener 10% de pérdida de peso durante los últimos tres años y, de ellas, 44% mantuvo su reducción durante más de un año. “Estos datos sugieren que las iniciativas que fomentan una mayor comprensión entre los profesionales de la salud de las creencias de sus pacientes y facilitan un diálogo más sólido sobre el control de la obesidad podrían tener un impacto positivo en los esfuerzos de control del padecimiento. “El estigma que prevalece hacia los pacientes con obesidad es que son flojos. Si bien hay sociedades que toleran en mayor o menor medida el problema, el estereotipo en torno a ellos es universal. Por ello es muy importante identificar cuáles son las barreras para el tratamiento”, afirmó Kaplan.
Subrayó que se trata de un problema multifactorial, por lo que todos los sectores deben involucrarse, desde la educación que se imparten en las familias y escuelas para evitar que continúe el incremento de peso en este grupo de la población, hasta la obligación de los gobiernos para favorecer un ambiente para contrarrestar este padecimiento a través del diseño de mayores espacios para la actividad física.