justiciaysociedad@eluniversal.com.mx
José Carrillo de la Cruz, estudiante de 23 años de la carrera Técnico Superior Universitario en Mantenimiento Industrial, es el primer integrante de su familia que llega a la universidad, y más que eso, que logra pasar de la primaria.
Adornado con su traje wirrarika-huichol (camisa y pantalón de manta, bordados enteramente a mano en hilo azul con figuras de animales sagrados como venados, pájaros y ardillas), explicó a EL UNIVERSAL que decidió estudiar una carrera para ayudar a su familia a salir de la pobreza.
Originario de la comunidad de Mesa del Nayar, en el corazón de la sierra de Nayarit, para este joven huichol la escuela es una de las pocas opciones existentes para buscar una mejor calidad de vida. Sus padres, quienes se dedican al trabajo en el campo y a la agricultura, por ejemplo, no pudieron concluir la primaria.
“Mi traje típico me hace sentir orgulloso; no me avergüenzo de lo que soy. Yo soy el primero de toda la familia, el único que ha estudiado. Mi sueño es terminar mi carrera de mantenimiento. Antes no había recursos ni oportunidades para estudiar, por eso mis padres se quedaron en primero de primaria. Hoy hay más oportunidades y hay que aprovechar mientras se pueda, eso es lo que me gusta a mí”, dijo.
La universidad en la que estudia José es la Tecnológica de la sierra de Nayarit, que ofrece las carreras de Desarrollo de Negocios, Procesos Alimentarios, Turismo, Mantenimiento Industrial y Enfermería.
Esta institución funciona como un internado con albergue y comedor, para que los estudiantes tengan la oportunidad de seguir en la escuela.
Su matrícula está conformada por jóvenes indígenas de las etnias huichol, cora, tepehuanos y mexicaneros, originarios de comunidades localizadas en la sierra que están incomunicadas; algunos de sus estudiantes —aseguró el rector Guillermo Romero Robles— tienen que caminar hasta 14 horas para regresar a sus casas para visitar a sus familias.
“Mis papás me dicen que yo tengo que echarle muchas ganas para así poder darle una mejor vida a mi familia y a mis hijos, cuando los tenga.
“Por ahora ellos no me pueden apoyar con dinero, ya que somos una familia pobre y necesitan que me esfuerce mucho para terminar mis estudios”, explicó.