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Con dos metros de altura y un peso de más de 100 kilógramos, la Virgen de Dolores esperaba a un costado del semáforo peatonal ubicado en la avenida Insurgentes, a la altura de la calle Juan Pablo II.

Vestida con un manto dorado, la imagen esperó desde las 4:30 de la mañana hasta casi las 7:00 horas para poder ver al papa Francisco.

Un grupo de ocho jóvenes fueron los encargados de transportarla. “La trajimos en coche, venimos de la parroquia San Miguel Arcángel, cerca de la Universidad Anáhuac del Sur, pero no nos dejaron pasar, así que nos la trajimos cargando desde avenida Revolución, aunque la verdad pesa mucho”, dijo Maricarmen, representante de la parroquia de la colonia.

Después de que Francisco realizara su recorrido rumbo al Hangar Presidencial del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México para dirigirse al estado de Chiapas, los jóvenes reían y se preparaban para retirarse de las inmediaciones de la Nunciatura Apostólica.

“Ninguno pudo ver bien al Papa, esperábamos a que pasara el papamóvil, sólo uno de nosotros se dio cuenta que iba en el carro blanco, pero varios nos dijeron que sí la vio, queríamos que se bajara a bendecirla, pero con eso basta”, aseguró.

La estatua tiene poco tiempo en la parroquia, por ello le pidieron a los jóvenes realizar la peregrinación con la imagen y llevarla ante el representante del Estado Vaticano para que fuera bendecida.

Desde las 4:30 horas del lunes decenas de personas se congregaron en las inmediaciones de la Nunciatura Apostólica en la Ciudad de México, donde pasó su tercera noche el líder de la Iglesia católica, para poder verlo a su salida hacia Tuxtla Gutiérrez.

Con boleto o pulsera en mano, las personas pudieron ingresar a las vallas frente al inmueble donde pasó la noche el Pontífice; sin embargo las invitaciones se dieron en parroquias de colonias de alto nivel socioeconómico en la capital. “No sé quién dio las invitaciones, al parecer fueron los Legionarios de Cristo, pero en nuestra parroquia nos las ofrecieron y gracias a dios aquí estamos para ver a nuestro padre”, dijo Caroline, de la colonia Lomas Altas, en la delegación Miguel Hidalgo. Otras personas que ingresaron aseguraron que ese grupo religioso “les brindó la oportunidad para ver a Francisco”, a quien vieron por un segundo a bordo de un vehículo cerrado.

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