ruth.rodriguez@eluniversal.com.mx

Eloy Margarita Aguilar, enfermera con 49 años laborando en el Hospital Infantil de México Federico Gómez, recuerda la mañana del 29 de enero de 1979 cuando el papa Juan Pablo II visitó este lugar.

Su imagen, asegura, “la tengo grabada en mi mente, un hombre muy sencillo que saludó por igual a autoridades, médicos, padres de familia y a los niños enfermos. Dejó muchas bendiciones a todos”, porque seis años después de su visita se registraron los sismos de 1985.

“A nuestro edificio no le pasó nada; se cayó el Hospital General de México y un edificio del Centro Médico Nacional Siglo XXI, y nosotros, que estábamos en medio de ellos, nos mantuvimos intactos. Sí creo que fue él, Su Santidad, quien estuvo protegiéndonos”, asegura Eloy Margarita, quien ese año era jefa del servicio de Nutrición y Gastroenterología.

La enfermera cree que en esta ocasión el papa Francisco traerá un mensaje de paz y de amor, “y lo que necesitamos es ese amor cuando sabemos que estamos enfrentando dificultades graves en nuestro país; duele vivir este México”, confiesa.

Recuerda que para la visita de Juan Pablo II, se acondicionó el segundo piso del único edificio que tenía el Hospital; hoy tiene dos más, en donde fueron colocados todos los niños y el personal de salud.

“Los pequeños estaban felices, le gritaban ‘¡Juan Pablo!’ y él sonreía y hablaba en español”, recuerda la enfermera que entonces tenía 31 años.

Fue una visita rápida, pero de gran impacto para todos, “a nosotros nos decían: ‘dejen pasar al Papa, no lo vayan a tocar’, pero cuando iba pasando por la valla que se hizo, algunos le tocaban su capa, y yo pensé, ‘¿y por qué yo no?’, y también lo hice”.

Eloy Margarita dice que ahora con la llegada del papa Francisco también se le espera con mucha alegría, aunque son otros los tiempos y otras las enfermedades que padecen los niños, como los que tienen VIH-sida, las cuales son más graves. Además, que en esta ocasión, habrá más vigilancia que en la anterior.

Otro testimonio es el de Felipa Sierra, quien tiene 43 años laborando en el hospital infantil. “A mí no me tocó ver al papa Juan Pablo II, porque trabajaba en el segundo turno, pero cuando llegué tenía poco que se había ido y era una locura el hospital, todos estaban muy alegres por la visita”, comenta la supervisora de enfermeras.

Relata que ella se encontró en otro momento con él. Fue el día que llegó a la Ciudad de México, “yo vivía por la colonia Balbuena y vi las vallas de personas esperando a que pasará Juan Pablo II en su papamóvil.

“En ese momento me tocó verlo, y se siente algo maravilloso para alguien como yo, que soy creyente y católica, él tenía una gran personalidad, era muy especial”, recuerda.

Está convencida de que sus compañeros que vivieron la experiencia de tener al papa Juan Pablo II en frente cuando visitó el hospital, no lo olvidan, como le pasó a Margarita, “porque algo en ellos cambio, sus conductas, sus patrones de vida.”

Por la llegada del papa Francisco, el próximo domingo por la tarde, todo se encuentra listo, “y otra vez no me va a tocar, porque ahora le corresponderá al turno de la tarde [que laboran de las 14:30 a las 20 horas] yo descanso ese día, por algo será”.

Felipa Sierra explica que sí en la anterior visita de Juan Pablo II estaba todo organizado, en ésta, en la que viene Francisco, está más organizado. “La anterior ocasión no había tanta vigilancia, además que en esta ocasión viene la esposa del Presidente de México”.

“Yo tengo una gran fortuna, porque sino lo veré aquí en el hospital, se me hará conocerlo en la Catedral de Ecatepec, donde asisto y trabajo para la Iglesia católica, y en donde tengo mi boleto para acudir a la misa”, comenta la enfermera, quien dice que el papa Francisco bendecirá los dos edificios más nuevos que conforman este hospital.

Ambas coincidieron en que si pudieran hablar con el Papa le pedirían que mediara por la salud de muchos niños que se encuentran enfermos y algunos muy graves de salud.

Google News

TEMAS RELACIONADOS

Noticias según tus intereses