Más Información
julian.sanchez@eluniversal.com.mx
El director general del Instituto Nacional de Salud Pública, Mauricio Hernández, manifestó su desacuerdo con la legalización de la marihuana, al considerar que si a lo largo del tiempo se ha hecho una labor muy mala para reglamentar el alcohol, “entonces se haría un mal trabajo para regular esa droga”.
Durante su participación en el seminario Hacia un Sistema de Salud Pública Universal, Hernández, quien fue subsecretario de Salud, subrayó que “es preocupante que esto llegue y no estemos preparados”.
En el acto que se llevó a cabo en las instalaciones el Tecnológico de Monterrey, ubicadas al sur de la ciudad de México y organizado por la Escuela de Gobierno y Transformación Pública de esa institución educativa, de la cual es decano Alejandro Poiré, quien fue el moderador, Mauricio Hernández expuso: “Llama la atención que la Suprema Corte de Justicia de la Nación haya puesto el tema sobre la mesa y la forma en que lo ponen es como [señalar] que el no fumar afecta las libertades personales”; sin embargo, reconoció que la posición de los ministros es muy liberal y respetable.
“Pero cuando lo vemos en términos poblacionales, preocupa porque ya entonces diferentes grupos vulnerables, poblaciones que no tienen acceso a la información quedarán expuestos a una nueva droga y se va a volver muy difícil”, afirmó Hernández, quien cuestionó el caso que se dio recientemente en la SCJN.
El pasado 4 de noviembre, ministros de la Primera Sala de la Corte declararon inconstitucional la prohibición total para uso personal de marihuana, otorgando un amparo que abrió las puertas para el “autoconsumo” del enervante, bajo el argumento de que se debe respetar el derecho a la libre personalidad.
Los ciudadanos amparados podrán sembrar, cultivar, cosechar, preparar, poseer y transportar la marihuana, exclusivamente con fines de autoconsumo. Al respecto, el director general del Instituto Nacional de Salud Pública consideró que el caso parte de una estrategia para legalizar la marihuana, la cual está bien pensada, articulada y financiada. Es un movimiento similar al que se ha presentado en otros países, señaló.
Se trata, dijo, de un movimiento que utiliza el daño colateral de las drogas y que no están preocupados por ver a la gente en las cárceles.