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Son las autoridades quienes deberían responder a la sociedad sobre por qué se siguen vendiendo drogas y cuáles son los grupos que operan al interior de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), señaló el secretario de prensa del Sindicato Único de Trabajadores de la UNAM (STUNAM), Alberto Pulido.
Mencionó que los vigilantes no pueden intervenir directamente cuando detectan la venta de drogas, puesto que ponen en riesgo sus vidas. “¿Cómo quieres que intervengan?, ¿deteniendo gente armada? Lo que ellos hacen es reportar lo que están viendo a sus superiores, de ahí a cómo se manejen sus superiores, ahí sí ya no sé. Es lo único que [los vigilantes] pueden hacer”, argumentó.
“Se necesita aumentar el número de vigilantes y la seguridad, para que no se enfrenten a situaciones que puedan poner en peligro su vida”, dijo.
El funcionario del sindicato explicó que los trabajadores de vigilancia sólo tienen funciones preventivas para “invitar” a las personas que están cometiendo alguna falta administrativa como orinar en la vía pública, consumir alcohol e incluso si observan un intento de violación a que dejen de hacerlo.
“La Universidad como instancia autónoma tiene las facultades para gobernarse, así como para ver los mecanismos de protección de su patrimonio y de la comunidad universitaria”, expresó.
Comentó que los vigilantes de CU están equipados con radio, un silbato y su indumentaria de trabajo con el logotipo de la UNAM; no están facultados para responder y ante cualquier situación que exceda sus funciones reportan por radio a sus coordinadores y estos, a su vez, a la Dirección General de Prevención y Protección Civil, la cual coordina los operativos especiales, por ejemplo, cuando hay partido de futbol y luego al Jurídico de la UNAM, que decide si turnar al Ministerio Público e iniciar el procedimiento correspondiente.
“Cualquier situación que tengan conflicto, se remite a la delegación más cercana cuando se puede. Si hay gente armada al interior de la universidad, los vigilantes no pueden arriesgarse, nada más por radio avisan, se monitorea y cuando salen del campus la policía los puede detener”, contó.
Cuando se le preguntó si las autoridades universitarias han sido omisas ante los reportes de los vigilantes sindicalizados, contestó que: “En muchos casos así ha sido, tan ha sido que sigue la venta de drogas y ya se convirtió en un escándalo. No sé si las autoridades hayan declarado al respecto, ellos deberían de decirnos, responderle a la sociedad por qué se siguen vendiendo drogas en la máxima casa de estudios. Ellos son los que tendrían que responder. Se ha responsabilizado al eslabón más vulnerable”, declaró a EL UNIVERSAL.
Cuando menos desde septiembre de 2016, el STUNAM había advertido a las autoridades universitarias de las direcciones generales de personal y de relaciones laborales sobre la necesidad de profesionalizar el servicio de vigilancia al interior de CU.
Se crearía el Departamento de Vigilancia Central de Áreas Comunes (DVCAC) y al interior de este los puestos de Vigilante, Oficial Vigilante, Oficial Vigilante “A”, Oficial Vigilante “B”, Supervisor de Unidades Móviles y Jefe de Vigilancia; y en el área administrativa Secretaria, “tomando en consideración los requisitos de antigüedad, escolaridad, capacitación y equivalencias”.
La creación de esta nueva instancia incluiría “implementar un plan de capacitación que deberá contener principalmente los siguientes cursos: Institucionalidad, Derechos Individuales, Primeros Auxilios, Normas y Protocolos Oficiales de Seguridad, Manejo y control de cámaras y sistemas de videovigilancia” para el personal.
Hasta el momento, la negociación no se ha logrado concretar.
“Tenemos reglamentos de vigilancia y como sindicato, hemos estado proponiendo salidas para que esta crisis se supere. Se pretende la culpa a los vigilantes cuando estos, en todas sus facultades hacen más de lo que pueden hacer”, dijo el funcionario sindical.
“Nosotros tenemos mesas de negociaciones con la Universidad, una de estas es por la vigilancia. Se llegó a un momento en que vigilancia tenía unidades extremadamente viejas, que sólo sirven para un deshuesadero, los radios se quedaban sin pilas, se necesitaba vestimenta especial para los vigilantes pero no se les daba en tiempo y forma. Se está pidiendo entrenamiento físico para que estén en buenas condiciones, y la necesidad de crear y fortalecer las instancias internas de seguridad de cada facultad”.
Según con lo que especifica el catálogo de puestos del personal administrativo de base del STUNAM, los vigilantes conocidos como “Auxilio UNAM” sólo tienen labores preventivas: esto quiere decir que sólo pueden detener a las personas que cometan actos ilícitos al interior del campus, y después entregarlas a las autoridades correspondientes.