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Joaquín Guzmán Loera El Chapo no representa “ningún tipo de amenaza” dentro de la cárcel, al menos para su equipo de abogados: “Siempre nos ha tratado con respeto y no tenemos ninguna preocupación por nuestra seguridad”, afirman los defensores Michelle Gelernt y Michael Schneider en una misiva dirigida a la magistrada Roanne Mann, encargada de revisar las condiciones en las que se producen las visitas entre defensa y defendido para preparar su juicio.
Las amenazas a la seguridad que según la fiscalía, representa Guzmán Loera son, para su defensa, “especuladoras, poco plausibles y exageradas”; los letrados incluso parecen burlarse del miedo del gobierno a que el capo escape de la cárcel de máxima seguridad en la que está encerrado en confinamiento solitario desde su extradición, hace cinco meses.
“No hay base racional para pensar que Guzmán, un hombre de 60 años, de metro setenta de estatura, apodado El Chapo, sería capaz de escapar, incluso en el evento altamente irreal de que pudiera tener la certeza de poder liberarse de la sala de visitas en la décima planta”, ironizan.
Hace unas semanas la fiscalía señaló los motivos por los que no podía flexibiliza las condiciones de las visitas de la defensa, alegando no sólo la posibilidad de una fuga sino un comportamiento agresivo y violento.
La defensa niega que esos escenarios sean posibles y afirma que Guzmán siempre se ha “comportado”. Alega que, en caso de que quisiera autolesionarse o hacer daño, podría hacerlo en cualquier momento con la cuchilla de afeitar que se le facilita en ocasiones o rompiendo un CD con información sobre el caso y usándolo como arma desde su celda.
Gelernt y Schneider llevan tiempo exigiendo mejores condiciones en sus visitas para preparar el juicio. Ambos también enviaron una carta a la fiscalía en la que criticaban las soluciones “inadecuadas” que proponen para las dificultades que dicen tener para preparar el caso junto a Guzmán y detallan todas las dificultades que tienen para interactuar.
“Sus propuestas nos servirán para fortalecer nuestro brazo, pero hacen poco o nada para preparar la defensa del señor Guzmán”, relatan los abogados, haciendo referencia a que sólo pueden compartir documentos con el narcotraficante mostrando los papeles a través de una mampara de plástico “sucia y llena de arañazos”.
“Estas obstrucciones son exasperantes porque no tienen ninguna razón legítima. Es simplemente absurdo esperar que nos reunamos y preparemos a nuestro cliente en esas condiciones”, critican, los abogados, convencidos de que se vulneran los derechos fundamentales del líder del Cártel de Sinaloa.