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El grupo parlamentario del Partido Verde Ecologista de México (PVEM) en la Cámara de Diputados presentó una iniciativa para considerar como delitos graves la promoción, inducción, asistencia, participación y ayuda para realizar peleas de perros.
En el documento se busca incluir estas conductas en los códigos Penal Federal y Nacional de Procedimientos Penales, así como en la Ley Federal contra la Delincuencia Organizada. La iniciativa establece la necesidad de contar con un marco normativo que proteja el bienestar en general de todos los animales e impulse una cultura moderna y solidaria de protección que promueva el respeto hacia ellos y que también reconozca sus necesidades físicas y biológicas.
En el documento, publicado en la Gaceta Parlamentaria, se indica que esos espectáculos en los que se usan animales involucran tortura, maltrato y explotación, y en ellos es frecuente el movimiento de grandes cantidades de dinero ilegal. “Están claramente identificadas como actividades organizadas, incluso por la mafia, y se encuentran ligadas al tráfico de armas, de drogas, de especies exóticas y de personas”, señala y por ello propone reconocer esta práctica como actividad de la delincuencia organizada.
En México, la prohibición de estos combates conlleva una sanción que va de la multa hasta el rescate del ejemplar, o su persecución como delito tipificado en el Código Penal, de acuerdo con la legislación de cada entidad federativa; en 12 estados se impiden expresamente y en 20 es una restricción de maltrato, crueldad o peleas en general.
Solamente en Baja California Sur y Puebla están tipificadas como delito y en 15 son consideradas como maltrato o una manera de azuzar animales para pelear entre sí o con otras especies.
Aun cuando existe el tipo penal o uno equiparable, como en la Ciudad de México, que sanciona y castiga el maltrato animal, existen denuncias de peleas de perros en el Bosque de Chapultepec, de las cuales tienen conocimiento las autoridades y no hay detenidos, consignados o sentenciados.
Pero esta práctica ocurre, no únicamente en la Ciudad de México, “esta actividad, que daña la integridad de los animales, ocurre en diversas entidades, como Estado de México, Michoacán, Puebla, Coahuila, Veracruz, San Luis Potosí y Baja California Sur, lo que muestra su grado de consolidación”.
De ahí la necesidad de impulsar todas esas modificaciones y crear un entorno favorable para la vida de los caninos utilizados en peleas entre miembros de su especie.