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Los plagiarios de María Villar Galaz, la española que fue privada de la libertad a bordo de un taxi, en Santa Fe, no eran tan improvisados y entre ellos había un ex elemento de la Policía Federal (PF), informaron a EL UNIVERSAL fuentes oficiales, así como Isabel Miranda de Wallace, presidenta de la organización Alto al Secuestro.
El plagio de la sobrina del presidente de la Real Federación Española de Futbol, Ángel María Villar, no fue el primero que cometieron estos delincuentes, y el asiento trasero del taxi que utilizaron había sido modificado para ser retirado con facilidad durante el viaje, con el propósito de pasar a la víctima a la cajuela sin llamar la atención de la gente en la calle, revelaron fuentes federales.
El modus operandi consistía en estacionar el auto en lugares donde hay sitios oficiales para hacerse pasar por un vehículo seguro, y aunque la Procuraduría General de la República informó que se trata de una banda de secuestradores exprés que operaba en la zona metropolitana de la Ciudad de México, trasladaba a sus víctimas a lugares alejados y solitarios, indicios de que había planeación.
El pasado 8 de noviembre se dio a conocer la segunda aprehensión por este caso. Se trata de Moisés Estañón Nájera, ex policía federal, presunto autor intelectual y material del plagio y homicidio de la ejecutiva que trabajaba en las oficinas de IBM.
“Es vergonzoso que lejos de proteger a los ciudadanos, policías y ex policías, que se supone tienen una formación en el sentido de servicio y protección, lo que hacen es abusar de sus conocimientos para trastocar las leyes”, lamentó Wallace en entrevista.
“Creo que hay otros de otras corporaciones, de locales. No creo que sea el único [ex agente], y estoy convencida de que también hay policías en activo, no necesariamente de las Unidades Especializadas en Combate del Secuestro, ellos sí están certificados, pero sí en otras secciones. Estoy convencida de que el delito de secuestro cuenta con la complicidad de algunos policías”, afirmó.
La noche de los hechos, el 13 de septiembre, la extranjera tomó el taxi al salir del trabajo rumbo a Polanco. Adelante subió un extraño, fue inmovilizada con un aparato de descargas eléctricas, fue esposada y trasladada al Estado de México por la carretera a Toluca. Tras el primer retiro en un cajero automático de Bulevard Aeropuerto, siguieron hacia Santiago Tianguistenco, donde la retuvieron.
Al día siguiente se comunicaron con la familia para solicitar rescate, mientras el cónyuge solicitó asesoría de la PF. Villar Galaz murió por asfixia y el cadáver fue abandonado junto a un canal de aguas residuales, en un paraje de Santiago Tianguistenco.