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Diana Ivette Arena Huerta está entre las mejores estudiantes que recién egresaron del Heroico Colegio Militar, obtuvo el primer lugar de su especialidad y mereció doble reconocimiento. Primero porque pertenece al arma de zapador.

Estos son los primeros en ayudar a la población civil en casos de desastre, despejan la zona afectada, limpian y remueven escombros para permitir que lleguen vehículos con alimentos, cobijas, medicamentos y agua cuando se activa el Plan DN-III-E.

Segundo, porque representa un hecho histórico en la educación castrense. Es una de las cinco mujeres de la primera generación de profesionales egresadas de la carrera de armas, una iniciativa que busca la equidad de género en la Defensa, así lo reconoció el titular de Sedena, Salvador Cienfuegos Zepeda, durante la ceremonia de clausura y apertura de cursos en planteles del Sistema Educativo Militar, ante el presidente de la República, Enrique Peña Nieto.

La Sedena ofrece a sus cadetes calidad educativa y todo lo necesario para que se concentren en su objetivo sin preocupaciones o interrupciones por plantones, marchas, huelgas o porros, pero tampoco permite fósiles.

El alojamiento de seis días a la semana en el Heroico Colegio Militar, comida tres veces al día, uniformes, calzado, material didáctico y actividades deportivas en sus instalaciones profesionales prácticamente no tienen costo y el plan de estudios está integrado a los cambios de calidad educativa con el objetivo de que estudien y sean de los mejores.

Diana Ivette es ejemplo de ello, se acaba de graduar como licenciada en Ciencias Militares, obtuvo el grado de oficial subteniente y apenas terminó sus estudios profesionales. Planea su carrera militar de posgrado porque su meta es ser general brigadier.

La graduada es de Naucalpan, Estado de México, tiene 24 años y obtuvo el primer lugar académico. Cuando salió de la Escuela Nacional Preparatoria 4 estudió el primer semestre de la licenciatura en Derecho en la Facultad de Estudios Superiores (FES) Aragón, pero decidió abandonar la carrera en la UNAM para entrar al Colegio Militar. Cuatro años después está satisfecha y segura de que fue la mejor decisión.

“Desde pequeña veía a los militares en la televisión y me llamaba la atención la disciplina, el respeto, hasta el uniforme. Fui creciendo y aunque entré a estudiar derecho un día les dije a mis papás: ‘No voy a estudiar la carrera, voy a participar en planteles militares y me quedé a la primera, pude entrar al Colegio Militar”, contó a EL UNIVERSAL.

Los aspirantes a ingresar al Colegio Militar deben pasar un examen físico, tener buena salud, ser mexicanos de nacimiento, no tener antecedentes penales y bachillerato.

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