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John A. Gotti es quizá más conocido como Teflon Jr —en relación al teflón, material resbaladizo usado en cocina para que los alimentos no se peguen a sartenes y ollas— por su capacidad de evadir condenas, tal y como su padre consiguió en más de una ocasión. Hijo de John J. Gotti, capo italoamericano de la familia Gambino, de la mafia de Nueva York, fue líder de la banda criminal mientras su padre cumplía condena, pero si por algo es conocido es por haber conseguido esquivar condenas y acusaciones de delitos durante años.
A finales de la década de 1980, John A. Gotti entró en la mafia familiar. Cuando su padre entró en la cárcel, se encargó de la organización de forma interina, cumpliendo los mandatos que llegaban desde prisión. Eso contó en unas memorias publicadas en 2015.
Para evitar acabar en una celda, decidió cambiar de estrategia y adquirir un bajo perfil. Siempre a la sombra de su padre, lideró una “empresa” que incluía asesinatos, secuestros y lavado de dinero.
No evitó ser encarcelado tres veces. En una de las ocasiones, las fuerzas federales de EU encontraron en su sótano 350 mil dólares en efectivo, dos pistolas y, lo que es más importante, un listado con los principales nombres de la mafia italiana en Nueva York. Su tiempo al frente de los Gambino terminó antes del cambio de siglo, cuando se produjo su primera detención y encarcelamiento.
El caso más significativo en su evasión de la justicia se produjo en 2005, cuando la superó tres veces por fraude e intento de secuestro. La fiscalía decidió tirar la toalla. La táctica utilizada por su abogado, Jeffrey Lichtman (quien ahora está al frente de la defensa de Joaquín Guzmán Loera), fue descrita como “muy inteligente”: simplemente aceptó haber formado parte de la mafia, organización que había abandonado cuando sucedieron los hechos que se le imputaron. Funcionó, y llevó a la fama al abogado, que fue considerado un “genio legal”.
Más tarde, en 2008, volvieron a acusarle y llevarle a un tribunal. Volvió a triunfar: consiguió que se desestimaran los cargos por intento de asesinato, la absolución por un delito de fraude y que el jurado no llegara a ningún acuerdo en el resto de cargos. Tras cumplir condenas anteriores, salió de la cárcel a finales de 2009.