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La carrera presidencial por 2018 arrancó en Los Pinos. El presidente Enrique Peña Nieto tiene claro que su administración entró a la recta final y le quedan sólo 17 meses como Jefe del Ejecutivo mexicano. Se dice listo para el último tramo de su gobierno.
Con el rostro mojado por el sudor que le provocó el recorrer 10 kilómetros en 52 minutos con 34 segundos en la séptima carrera Molino del Rey [en 2013 dilató 54 minutos con 12 segundos y el mejor tiempo fue en 2015, con 50 minutos y 48 segundos], que organiza el Estado Mayor Presidencial, definió: “Esta [carrera] fue como de entrenamiento para cerrar bien el año entrante, estamos a un año, bueno, concluyendo julio, a 17 meses de que termine la gestión, vamos a entrar a un año de una gran efervescencia política, de competencia democrática que tenemos en nuestro país, lo cual es sano y bueno para nuestra democracia (…) hoy estamos como gobierno cerrando, de manera muy puntual y con mucho coraje, acelerando el paso”.
Ataviado con short y tenis rojos, y una playera verde conmemorativa de la carrera, el Presidente de la República se mostró visiblemente tranquilo, relajado, y con buen ánimo.
Arropado por una gran cantidad de elementos del Estado Mayor Presidencial, el mandatario se dijo confiado en que va a cumplir el mayor número de los compromisos que se planteó desde la campaña, aunque algunos se verán alterados por los ajustes presupuestales.
Presumió la aprobación de las reformas estructurales en su administración y adelantó que, aunque probablemente ya no lo verá, México regresará a ser un gran productor de petróleo: “La reforma energética nos deja ver que vamos a regresar a ser un país altamente productivo con Petróleos Mexicanos y con la participación también del sector privado”.
Al preguntarle sobre la necesidad de fomentar el deporte, Peña Nieto atajó dudas en torno a su estado de salud, puesto que aclaró que desde el primer año de su administración lo están enfermando; sin embargo, se encuentra bien. Jaló aire y se encomendó a Dios para agradecerle su bienestar y si el año que entra se lo permite, volver a participar en carrera Molino del Rey.
Arranque. Peña Nieto llegó a la línea de arranque a las 7:55 de la mañana. Dejó las calcetas altas y usó tines para evitar la confusión y las críticas por aquello de que se las puso mal.
Aunque hubiese sido un buen momento para mostrar el potencial de los presidenciables en las encuestas, no todos aparecieron.
Destacaron el jefe de la Oficina de la Presidencia, Francisco Guzmán; el titular de Medio Ambiente, Rafael Pacchiano; el jefe del Estado Mayor Presidencial, Roberto Miranda; el secretario de turismo, Enrique de la Madrid; el titular de Sagarpa, José Calzada Rovirosa, estos dos últimos señalados como aspirantes, el primero con declaración expresa.
Calzada es cauto. Si se le cuestiona si para la carrera de 2018 se inscribe, dijo: “Ahí voy yo detrás, acompañando al Presidente [Peña Nieto]”.
Corrieron también el gobernador de Colima, José Ignacio Peralta; el subsecretario de Gobernación, René Juárez, así como el senador Jesús Casillas y los titulares del IMSS, Mikel Arriola, y de la Conade, Alfredo Castillo.
La delegada de Miguel Hidalgo, la panista Xóchitl Gálvez, no perdió la oportunidad para saludar al Presidente y pedirle su apoyo económico para su demarcación, debido a que es la carta de presentación donde llegan mandatarios y el turismo extranjero, y logró sacarle una cita. “Me dio un beso sudado y yo también sudada y ahí el beso de sudados”.
Arriola Peñalosa tardó 52 minutos y 40 segundos: “Nos trajo a raya, como siempre nos trae en el gabinete y afortunadamente tenemos un atleta en el señor Presidente, traía un ritmo muy fuerte... Fue un gran couch, nos trajo a raya, marcando el paso”, dijo el titular de la dependencia del “chécate, mídete, muévete”.
A Calzada Rovirosa le ganó su esposa Sandra, quien obtuvo el segundo lugar en su categoría, con 50 minutos: “Sandra siempre me gana, yo llegué atrás del señor Presidente, ella siempre me gana”. El senador Jesús Casillas (PRI) afirmó que el Presidente “trae turbo”.
Participaron 10 mil personas en distintas categorías en un ambiente familiar, pero pocos presidenciables que, quizá, entrenan en otras pistas.