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Tras la reciente publicación del diario estadounidense The New York Times sobre periodistas y defensores de derechos humanos espiados supuestamente por el gobierno mexicano , se recuerdan también los casos de personajes políticos que han sido víctimas de espionaje -no precisamente de la federación-, principalmente con la difusión de llamadas telefónicas privadas o documentos oficiales.
Los casos de espionajes a políticos han quedado asentados en denuncias ante instancias federales.
El caso más reciente es la llamada telefónica que fue filtrada en redes sociales de la secretaria general de Morena, Yeidckol Polevnsky, con Andrés Manuel López Beltrán, hijo del presidente nacional de dicho partido. En dicha comunicación, dada a conocer a principios de éste mes, se habla de la contratación de una empresa en el 2016 y Polevnsky aclaró que se trató de un grupo musical que fue contratado para el cierre de campaña del entonces candidato Cuitláhuac García.
En otra ocasión, también se registró la filtración de una llamada telefónica que sostuvo el presidente del Consejo General del Instituto Nacional Electoral (INE), Lorenzo Córdova, con el secretario ejecutivo del instituto, Edmundo Jacobo Molina. En el audio dado a conocer a finales de mayo de 2015, el presidente del INE hacía mofa de la forma de hablar de los líderes indígenas del país con quienes había sostenido una reunión meses atrás.
Lorenzo Córdova fue muy criticado por haberse expresado de una manera irrespetuosa de los jefes de las comunidades indígenas y de los habitantes de los pueblos originarios.
En abril de 2016, los padres de los 43 normalistas de Ayotzinapa, denunciaron ante la PGR supuestos actos de espionaje, la víctima principal fue su abogado, Vidulfo Rosales, de quien fueron filtradas varias llamadas telefónicas en las que tocaba temas importantes con los padres de los desaparecidos.
Otro de los caso fue el de la panista Josefina Vázquez Mota, quien en plena campaña presidencial en el año 2012 se dijo víctima de espionaje y denunció ante la Procuraduría General de la República (PGR) la difusión de llamadas telefónicas privadas con su coordinador de redes sociales, el entonces diputado federal Agustín Torres Ibarrola. En la comunicación hecha pública la panista afirmaba que estaba siendo espiada por el entonces secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna.
Otro caso que involucra a panistas es la denuncia que hizo -hace tres años- ante la PGR el senador Ernesto Cordero. En 2014, EL UNIVERSAL dio a conocer una llamada telefónica que sostuvo el legislador con el entonces diputado federal Fernando Rodríguez Doval donde Cordero señala de “pinches ladrones” a Gustavo Madero y Luis Alberto Villarreal, entonces presidente y coordinador de los diputados del PAN, respectivamente.
Pero también se recuerdan casos de hace casi 10 años. Uno de ellos es el que se registró en 2008, cuando Manlio Fabio Beltrones, entonces coordinador del PRI en el Senado de la República, denunció –contra quien resultara responsable- ante la PGR por la intervención de comunicaciones privadas personales, de sus familiares y de colaboradores políticos. El legislador culpó directamente al gobierno federal de intervenir sus comunicaciones personales.
También se recuerda la llamada telefónica que se dio a conocer en 2006 entre el ahora senador priísta –entonces diputado federal-, Emilio Gamboa Patrón, y el empresario poblano Kamel Nacif Borge y el pederasta Jean Succar Kuri.
En el 2006, tras perder su primera elección presidencial, Andrés Manuel López Obrador, difundió en un mitin en el Zócalo de la Ciudad de México una llamada telefónica de la entonces lideresa magisterial, Elba Esther Gordillo, quien presuntamente daba su apoyo a Felipe Calderón para ganar la presidencia de la República.
Mucho antes, en el año 2000, también se filtró a los medios una llamada entre los hermanos Adriana y Carlos Salinas de Gortari, en la que supuestamente discutían sobre el dinero depositado en Suiza.