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El apoyo incondicional del jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera, al presidente Enrique Peña Nieto fue descalificado por PAN y PT en el Senado, en tanto que el PRI planteó que cerrar filas será útil para el avance en soluciones al grave problema de la seguridad pública, aterrizar la reforma educativa y sacar a la gestión de gobierno del ring electoral.
Miguel Barbosa (PT) dijo que la reunión de la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago), en Cuernavaca, Morelos, “se convirtió en un acto de campaña contra Andrés Manuel López Obrador, en el que se reunieron los enemigos del líder de Morena”.
Señaló también que “mi tocayito nunca dejó de estar cerca del gobierno de la República, cuando debía haber contrastado”.
El presidente de la Comisión de Federalismo, Jorge Luis Preciado (PAN), dijo que en la reunión de Conago “veo una alianza de facto para 2018 entre Miguel Ángel Mancera y Peña Nieto”.
Preciado se manifestó a favor de que los 11 mandatarios estatales panistas salgan de la Conago, pues es evidente que los priístas utilizan a Mancera, cuyo papel será jalar votos de la oposición, robarlos a Morena.
El presidente de la Comisión de Reforma del Estado, Miguel Ángel Chico (PRI), señaló que el hecho de que los gobernadores cierren filas “en torno del país”, es una estrategia acorde con la dimensión de los retos, de los tiempos difíciles, como lo es el de la seguridad pública.
El presidente de la Comisión de Comercio y Fomento Industrial, Héctor Larios (PAN), dijo que se apoya a las instituciones desde la oposición crítica, con señalamientos de los temas en que se deben dar cambios, como se muestra en los escándalos de corrupción.
