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alberto.morales@eluniversal.com.mx
A pregunta expresa, el nuevo presidente del Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (Inai), Francisco Javier Acuña Llamas, afirma que durante su gestión no serán “tapaderas” del presidente Enrique Peña Nieto.
Fue electo el viernes en votación dividida como comisionado presidente del Inai, pero su administración será transexenal. Le tocará la parte final de la gestión del presidente Enrique Peña Nieto y los primeros años del ganador de los comicios de 2018.
De entrada se siente orgulloso de que como integrante del llamado Grupo Oaxaca, impulsor de la primera Ley de Transparencia en el país, sea la cabeza del Inai, en sustitución de Ximena Puente de la Mora.
Acuña Llamas afirma en entrevista con EL UNIVERSAL que se revisarán las fallas técnicas de la Plataforma Nacional de Transparencia y que no hay preocupación en la revisión que hace la Auditoría Superior de la Federación (ASF) sobre la licitación y el funcionamiento de la misma.
No obstante, reconoce que las “incidencias técnicas” pudieron ser atribuidas a su diseño, pero sobre todo, porque los estados no contaban con la tecnología y la inversión para acoplarse a la nueva herramienta digital para hacer solicitudes de información y donde los sujetos obligados deberán colocar toda la información que están comprometidos por la ley
Necesitamos un Inai más versátil
¿Cómo se siente tras ser electo presidente y que retos tiene?
—La institución tiene retos que continúan, el periodo que condujo Ximena Puente de la Mora es una etapa que es de los siete comisionados. En realidad, los retos son la continuidad de todos los aciertos institucionales que hemos demostrado, y por otro lado nos tocará asumir un papel llamativo durante las sesiones de trabajo acompañando las reuniones del trabajo del Sistema Nacional Anticorrupción, que aunque falte la posición del fiscal anticorrupción, ya se está configurando y hay mucho que hacer.
¿Qué Inai es necesario para el país en estos momentos?
—Se necesita un Inai versátil, audaz y sencillo para que la gente nos pueda comprender. Que no seamos sofisticados y no le causemos a la gente una impresión de aburrimiento, en el sentido de que no nos entienda, eso nos toca.
¿Les preocupa que la ASF esté revisando las fallas de la Plataforma Nacional de Transparencia?
—No. Nos preocupa que el proceso de inspección que hace la auditoría salga adecuado y que podamos solventar las observaciones que haya, creemos que los contratiempos que hubo al principio sí pueden ser atribuidos al diseño, y eso lo tendrá que decir la Auditoría Superior de la Federación cuando tenga la inspección final, pero ha habido una gran incomprensión con la plataforma.
La plataforma no funcionó como hubiésemos querido todos el pasado 5 de mayo, y esa parte no la pudimos comprender hasta tarde, porque el acoplamiento de la plataforma con todos los servidores locales de los 32 estados, en más de 20 entidades no habían modificado ni modernizado sus implementos tecnológicos. Los servidores de los órganos garantes o de los gobiernos de los estados no acoplaron, entonces hubo alarmas de “no sirve y se cae”. Esto nos ha llevado a un enorme trabajo institucional, tanto en el área Jurídica, de Tecnologías de la Información y en el área de Cumplimiento de Obligaciones han estado trabajando todo este año y el pasado, durante fines de semana y hasta muy tarde.
¿Reconoce la fallas?
—Sí encontramos las incidencias, lo que es cierto es que la plataforma está de pie, está funcionando y alberga desde que comenzó operaciones, 183 mil solicitudes. Se han interpuesto más de 5 mil recursos de revisión, es decir, son como 58.3 millones de registros que significan más de 600 millones de datos, que hablan de un número de millones de datos soportados en un artilugio. Lo que ha sido tan cuestionado y tan criticado, que merece corrección, pero les puedo decir que es la base de datos más grande del país.
¿A los sujetos obligados se les dio una ampliación para no ser sancionados por no subir su información, no le parece que eso es un mal mensaje?
—Fue un acuerdo del Sistema Nacional de Transparencia. La lógica era que las denuncias, sanciones y medidas de apremio, vendrán cuando se haga posible todo el engranaje de toda esta aventura, de esta osadía institucional, en otros países están impresionados de como se está haciendo, y que funcione.
Se discutió y al final, que hayamos coincidido 30 estados y las otras instituciones federales que están con el Inai en esto, fue una solución sensata. Esta es una señal para no bajar la guardia, sino para profundizar en los procedimientos que vienen, porque la extensión no es para ampliar la obligación de publicar, esa está. Cuando vengan [las sanciones] nos caerán en la espalda al que le toque, o nos toque, que serán fuertes, pero la mayor sanción es la exhibición del incumplimiento. No habrá impunidad, la obligación de subir la información no se amplió.
¿Su presidencia será transexenal, será tapadera del último tramo de la administración de Peña Nieto?
—No, de ninguna manera, los recursos de revisión que se han resuelto de las administraciones públicas, incluida la que conduce el Presidente de la República, hemos sido muy claros con los recursos, se les han revocado y modificado recursos, y las confirmaciones [de reserva] son las menos. Nosotros no podríamos y nunca abusaríamos de nuestra autonomía en demérito o perjuicio, yo no me imagino que nos llame para pedirnos cosas indecorosas, porque no lo han hecho y no lo he percibido.
¿No se dejarán presionar?
—No, porque estamos obligados a defender la autonomía institucional. También nos va a tocar vivir la parte electoral de la transparencia, cuyas obligaciones estarán plenamente en marcha para el proceso electoral de 2018, y les puedo asegurar absoluta neutralidad con los partidos políticos, no nos podemos arriesgar a jugarnos nuestra credibilidad y nuestra solvencia institucional.
¿Cuál será su papel en el Sistema Nacional Anticorrupción?
—Somos los defensores institucionales del derecho a saber y conocer la información pública. La transparencia, como un gran procedimiento técnico institucional, funciona continuamente. Estamos convocados para el próximo 30 de mayo a una sesión de trabajo, porque la previa fue la instalación.
¿La transparencia sirve para combatir la corrupción?
—La transparencia no extingue la corrupción, lo que está generando son evidencias mayores de corrupción o de presunta corrupción. Señala que eso es saludable para un sistema democrático, pero advierte que el peligro que corremos es el hartazgo ciudadano y el cansancio social en las instituciones públicas y los políticos, lo que hace que al saberse más cosas y casos de corrupción creamos los mexicanos que estamos peor. Objetivamente no estamos peor, es que está comenzado a evidenciarse, a conocerse conductas que venían de tiempo atrás y se siguen llevando, eso lo vamos a engarzar en nuestra participación en el SNA.
¿Qué sello imprimirá a su presidencia en el Inai?
—Después de la etapa que la comisionada Puente de la Mora llevó con firmeza, sobriedad y templanza, a mí me gustaría comenzar con un ejercicio de cordialidad, sin que ello quiera decir que abandonemos la misión que nos toca, comunicar, conectar con la población que no sabe ni de derecho ni de política, para hacerle ver que nuestra función es fundamental para que la democracia mejore. Mi deber es ser el rostro de mis compañeros, pero ser un portavoz institucional.
Somos autoridad pública, no podemos dejar de serlo en ningún instante, participamos con la Red de Rendición de Cuentas, con la sociedad civil activamente en muchísimas acciones, y por esa razón no dejamos de ser autoridad respecto a las posiciones que debemos de tener. Buscaremos que haya las alianzas con todos los medios de comunicación, continuidad en los trabajos con las universidades, los partidos políticos, los sindicatos, con el gobierno federal, la Corte y el Congreso.
¿Buscará una sana distancia?
—Distancia técnica, sin llegar jamás a pretender que dejemos de ser autoridad, tenemos responsabilidades que nos obligan a estar en los eventos que hace el Ejecutivo, pero eso no quiere decir que porque acudimos a la invitación que nos hace el Presidente, el Legislativo o el Judicial, vaya a parecer que somos sumisos, de ninguna manera, en una República somos una institución del Estado en su conjunto.
¿Cómo llegó el consenso con los otros comisionados para elegirlo?
—Es un consenso, todos lo conocemos y reconocemos, he oído en la prensa que nos llevamos mal, la verdad es que nos llevamos mucho mejor de lo que creen quienes han dicho eso. Ustedes vieron una sesión versátil e incluso con bastantes momentos de simpatía. Yo dije voy a votar por mí en la primera ronda y así pasó… Al final, los compañeros que votaron en distinto [Kurczyn y Salas] reconocieron con su palabra que se sumaban al resultado y para mi es como si hubiese sido votado por unanimidad.
Usted llegó al Inai respaldado por el instituto, en especial por el senador Roberto Gil Zuarth, ¿cómo se dio ese vínculo?
—Fui su compañero como profesor de la Universidad Anáhuac del Sur hace muchísimos años, y en los temas de transparencia y acceso a la información, que él es un estudioso, pude conversar con él, pero a nivel de académicos. Al final mi mandato de nueve años algo tuvo que ver en que los legisladores del PAN, del PRI, del PRD y del PVEM, vieron que podría garantizar neutralidad a todos, porque tengo relaciones de trabajo con todos los partidos, formalmente así fue.
¿Cómo se siente que el Grupo Oaxaca llegó al presidir al Inai?
—Me siento muy honrado, porque cuando participé en el grupo ni siquiera fui el titular, porque mi queridísimo compañero en la Anáhuac, Salvador Olimpo Nava Gomar, fue en mi lugar. Yo había ido una semana antes a exigirle al entonces gobernador, porque yo era un activista, la neutralidad del ómbudsman, y cuando vino la invitación de Ernesto Villanueva [a la instalación del grupo], Salvador me dijo: ‘Vamos’, y le pedimos permiso al director [de la universidad] y me dijo que no, porque acababa de ir hace una semana… pero siempre colaboré con Salvador, con Villanueva, con Carbonell, simplemente no me tocaba.