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La acción de los senadores se despliega en las redes sociales, donde llevan en tiempo real los temas de su agenda, polémicas políticas, muestran un retrato de su vida, se exponen a la crítica, al bombardeo de ofensas de troles, es su tribuna digital. Hoy día se registra un boom del uso de redes sociales por parte de senadores: sólo en Twitter, uno de los punteros, Javier Lozano Alarcón (PAN), tiene más de 333 mil seguidores; Armando Ríos Piter (PRD), casi 73 mil; Martha Tagle Martínez (sin bancada), casi 47 mil; Jesús Casillas (PRI), más de 20 mil, y Lilia Merodio (PRI), 17 mil.
Envían y reciben mensajes por Twitter, pero también en Facebook, Instagram, Periscope, páginas web y algunos tienen números abiertos a la interacción en Whatsapp y, ahí mismo, manejan chats con grupos de interés. Suman cifras de contactos por cada plataforma, institucional o propia y suelen manejar más de una cuenta, incluso, para distinguir lo legislativo de lo amistoso.
Legislar ahora tiene procesos nuevos que incluye la herramienta de las redes sociales, la gestión de obras locales y de apoyos a quienes enfrentan dificultades, los senadores han reportado que las redes sociales hacen que este trámite se vuelva más ágil. Han aprendido a hacer a un lado los ataques pagados, la violencia de los troles y aprecian tomar el pulso social.
Lilia Merodio Reza (PRI), presidenta de la Comisión de Atención a Grupos Vulnerables, se apoya de Twitter, Facebook e Instagram para informar a sus electores, y público en general, de sus actividades legislativas y de gestoría en el estado de Chihuahua.
“Las redes sociales son herramientas para que podamos reportar en dónde estoy, qué estoy haciendo, qué beneficios y qué compromisos de campaña estamos cumpliéndole al electorado que nos dio su voto y su confianza como senadora de mayoría”, señala.
Merodio Reza es reconocida entre los legisladores jóvenes que tienen una actividad intensa en redes sociales. “Es importante contestar los mensajes, atender las críticas constructivas y atender las necesidades de la gente que nos contacta”.
Jesús Casillas Romero (PRI), presidente de la Comisión de Movilidad, dice: “soy asiduo de las redes sociales para estar informado en tiempo real por los medios de comunicación y para compartir experiencias con los seguidores en Twitter, algo de la vida cotidiana o una iniciativa”.
Forma de evidenciar avances
“Un legislador sin redes sociales pierde, se limita cuando da a conocer su trabajo, las redes se pueden convertir en una auditoría social. ¿Quieres saber quién trabaja? Métete a su Facebook: en un día, ¿cuántas publicaciones tiene cada quien?, eso sirve para mostrar que trabajas y pueden dar seguimiento a lo que haces. Desarrollas un archivo de trabajo abierto, permanente, accesible a través de los años”, destaca Casillas.
Javier Lozano Alarcón (PAN), presidente de la Comisión de Comunicaciones y Transportes y reconocido por sus polémicas en Twitter, dice: “para mí han sido un gran hallazgo las redes sociales. Soy fan de ellas. Saberlas usar es manejarlas personalmente para darte a conocer como político, ser humano, padre de familia, abuelo, novio, ciudadano, deportista, pianista. Ayuda a acercarse a la gente”.
Comenta que “soy un usuario intensivo de Twitter, ahí me siento a todo dar. Lo que sigue es que me meta mucho más a Facebook, de eso voy a tomar un curso. Es una de mis metas de este año”.
En Twitter, las discusiones de Lozano Alarcón llegan a ser sonadas y de ello afirma: “Soy polemista natural, provoco las polémicas. Está bien, de eso se trata, hay que divertirse y generar debates; ya que el INE está tan cerrado y pone tantas restricciones para los debates en los medios electrónicos, aprovechemos las redes sociales.
Más que activo es hiperactivo en el uso de las redes sociales, dice que los legisladores renuentes a incursionar en esta forma de expresión, “se equivocan, se están aislando de los millennials, de la sociedad misma”.
Menciona: “yo le puedo caer bien o mal a mucha gente, pero ahí estoy, ya me conocen. Hasta a los que les caigo mal reconocen que estoy dando una posición y que soy auténtico en las cosas que digo y que estoy haciendo”.
De las agresiones, Javier Lozano Alarcón señala: “Soporto críticas, directo a los debates, lo que no soporto es la falta de respeto. Ahí es cuando yo bloqueo, sí, porque ‘el derecho al bloqueo ajeno es la paz’. Y soy muy feliz”.
Zoé Robledo Aburto (PRD), presidente de la Comisión de Radio, Televisión y Cinematografía, asegura: “un político que no usa y entiende las redes sociales para efectos de la actividad legislativa es prácticamente un analfabeta”.
Relata que, en su caso, fue usuario de redes sociales antes que político y de las generaciones anteriores dice que “tienen la obligación de adaptarse a ellas, entenderlas, y no se trata de contratar un community manager, o un chavo de las redes, sino entenderlas”.
La crítica para Zoé Robledo ha sido aleccionadora, como cuando se paró en tribuna con una playera de apoyo a Hillary Clinton antes de la elección presidencial estadounidense, y “la reacción en las redes me dio un pulso distinto al que yo tenía, entonces me disculpé sinceramente, porque había un sentido de ofensa del uso de una prenda en un lugar equivocado, en el pleno; creo que fue un error”.
Es útil el contacto a través de las redes para conocer diversos puntos de vista sobre una legislación, como fue el caso de la Ley de Archivos que movilizó a la comunidad de historiadores, activistas y gente vinculada con el tema y ahora se revisa de manera minuciosa el tema. Explica el sentido de esta actitud: no se trata de quedar bien, el hecho es que las redes obligan a un intercambio, si no “es como leer sin reflexionar; como leer un libro y todo lo que pasara por nuestros ojos fuera olvidado de inmediato”.
Buscan retroalimentación
Armando Ríos Piter (PRD), vicecoordinador económico de la bancada, suele subir a Periscope sus intervenciones en tribuna, participaciones en eventos, conferencias de prensa, e impulsa temas en Twitter y Facebook con el interés, dice, de propiciar un diálogo, una dinámica en la construcción de una ley.
“Cada semana subo un video del trabajo legislativo, sobre los temas del debate político y me permite nutrirme de las visiones de las personas que nos siguen en vivo, y eso nos posibilita tener sensibilidad con lo que está pensando la gente, nos da fuerza como legisladores”.
Da cuenta de críticas “duras a los legisladores, como cuando la gente piensa y a veces con razón, en los casos cuando los diputados se asignan bonos de fin de año y nos dicen: ‘tú ganas un chingo, ponte a trabajar’, eso nos indica el humor social, que con trabajo, acercamiento, diálogo, paciencia y construcción, se puede cambiar”.
Martha Palafox Gutiérrez (PT), integrante de la Comisión de Salud, afirma que “lo más gratificante de mi condición de legisladora es atender a gente cuando necesita apoyo en temas de atención médica y las redes sociales son una vía de contacto eficaz”.
Por su parte, Martha Tagle Martínez, sin bancada, se contacta a través de Twitter, Facebook, Periscope, Instagram y Whatsapp con un flujo de comentarios de ida y vuelta, de su dinámica de activista, y determina: “Soy una ciudadana que llegó al Senado”.
Sin grupo parlamentario con el cual definir una posición o una agenda temática, Tagle Martínez se vale de sus redes sociales para la definición de posturas antes de emitir un voto en temas específicos. En el dictamen de Ley de Víctimas, “tomé la decisión de votar en contra, junto con las organizaciones de la sociedad civil, en comunicación en Whatsapp”.
“Para mí es muy importante el uso de las redes sociales, comenta Tagle, desde antes las usaba y ahora que estoy en el Senado con mayor razón, sobre todo, cuando uno no tiene la posibilidad de estar en otros medios de comunicación que me buscan porque publico algo en Twitter o en Facebook”, señala.