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justiciaysociedad@eluniversal.com.mx
Los Ángeles.— Las temperaturas fueron bajas, hizo mucho frío, casi como el que se sintió en la Basílica de Guadalupe, pero de igual manera que en el cerro del Tepeyac, cientos de personas, mujeres, hombres, niños y ancianos llegaron en procesiones y en familias a distintos puntos de Los Angeles, a la catedral de la ciudad, a la Placita Olvera, donde esta una de las iglesias de la Virgen de Guadalupe y a otras áreas del Este de Los Ángeles dedicados a la Guadalupana.
A las 12 de la noche, en el primer segundo del 12 de diciembre, la misa más importante acompañada de cánticos del pueblo y los famosos. De enfermos y sanos, de llanto y de alegría. “Que hermosa misa; ver tantas culturas y personas de todas nacionalidades unidas en una sola religión en un día como hoy en cualquier lugar del mundo donde celebren a la Virgen de Guadalupe, es como sentirse en casa”, comentó con lágrimas en los ojos Juan López Ponce, originario de México.
En Los Ángeles, California, se congrega una gran variedad de habitantes latinoamericanos que coinciden en su fervor por La Guadalupana. “Si te fijas hay mexicanos, pero también salvadoreños, hondureños, guatemaltecos, nicaragüenses y hasta filipinos, ¡mira!. Y no sólo de esas nacionalidades, también de Perú, Argentina, Chile, Colombia y Japón e Irak. Todos orando y cantando bajo el mismo manto sagrado de la Virgen de Guadalupe”, dice Juan,
“Muchos de los que estamos aquí tenemos miedo de lo que vaya a pasar ahora que llegue Donald Trump como presidente, no queremos más deportaciones ni separación de familias, por eso todos le rogamos a la Virgen que nos proteja [de Trump] y no permita que nada malo nos suceda”, dice a EL UNIVERSAL.
Afuera de la catedral de Nuestra Señora de Los Ángeles, danzas prehispánicas se hacen para rendir tributo, en esa sincronía del antes y después de la evangelización en el continente. Adentro, mariachis y cantantes llenos de fe y entusiasmo. Alondra Santos compartió su emoción por estar esa noche ahí, frente a la virgen, cantándole como parte del tributo anual que le rinden los inmigrantes y los hijos de inmigrantes nacidos en Estados Unidos, pero temerosos de que los padres indocumentados sean deportados por Trump. “Esta noche le voy a cantar a nuestra morena Las Mañanitas y Buenos días paloma blanca”.
Irene Robledo, de 9 años, decía: “Mi mamá me trae cada año, me gusta. Miro a la virgen y a veces siento como que me quiere decir algo. Le pido por todos los niños del mundo, en especial, por los que escucho que llegan sin sus papás aquí a Estados Unidos, que no les pase nada malo”.
“Tenemos mucha fe de que la virgen nos va a proteger de cualquier acción que el nuevo presidente Donald Trump vaya a traer a este país”, confió en voz baja Esther Cervera.
“Al parecer está disminuyendo su manera de actuar y de hablar sobre quienes cuentan con el DACA —Acción Diferida para quienes llegaron de niños a Estados Unidos se les permita estudiar y permanecer legalmente en el país—, pero podría ser una trampa y por eso le pido a la Virgen que nos cuide”.